Capítulo 3

6.6K 410 144
                                    

El contrato.

El contrato

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Anastasia.

Dos horas me había pasado ya buscando el vestido adecuado para ir a cenar con el señor Mikaelson.

Hoy por la tarde se ha tomado la molestia de conseguir mi número y llamarme para pedirme la dirección de mi departamento. Me negué a entregársela a pesar de que insistió demasiado en que quería venir por mi, no se como lo logré, pero al final termino accediendo a mis condiciones.

Luego de la pequeña disputa que tuvimos por llamada, se me olvidó preguntarle qué tipo de rosa debería usar, sin embargo, luego al enviarle un mensaje tan solo se limitó a responderme con un «Ponte algo lindo y ya». Lo se, muy informativo de su parte.

No se si iremos a un restaurante elegante, si cenaremos en su casa o me llevará a un simple bufete, pero me estoy esforzando demasiado en querer verme bonita, y en realidad no se por que. Nunca me preocupo por ropa, sé que con cualquier cosa me veo bien, pero hoy...no se que ocurre conmigo. «Quizá sea el beso que se me ocurrió darle ayer». Me ha dado demasiada vergüenza tener que responderle el teléfono luego de lo sucedido pero Leonel Mikaelson es tan persistente que termina hartándote y obligándote a hacer lo que te pide.

—Ay, Pepe...—gimo abrumada—. ¿Por que se me complica tanto? —mi gato maúlla en respuesta y doy un largo suspiro.

Estoy entre dos vestidos; ambos son cortos y ceñidos, solo que uno es color lila y el otro verde esmeralda. Con uno siento que me veo más tierna y con el otro más sexy, y aunque no parezca, es complicado. «¿Por qué no pudo decirme con certeza a donde mierda iremos?».

Luego de media hora pensándomelo seriamente, opte por ponerme el verde esmeralda; tiene escote en la parte del pecho y una abertura en la pierna, los hombros me quedan al descubierto y creo que esa es mi parte favorita de todo. Me maquillo los ojos con sombras oscuras y mi boca la pinto de color rojo, me hecho un poco de perfume y agrego a mi atuendo unos tacones plateados y joyería en las orejas y en el cuello.

Pido un taxi y mientras llega tomo mi bolso, me coloco el abrigo y le dejo preparado su plato de comida a Pepe. Luego de varios minutos mi taxi llega y agradezco plenamente que no esté Murray para decirme una de sus palabras tan idiotas y asquerosas. Al salir me fijo en que todo este bien y subo al taxi.

Me siento nerviosa, no se porque tuve que aceptar a esto. Se supone no debía meterme en más problemas y siempre termino haciendo lo mismo, es típico de mi. ¿Que dirían mis padres? seguramente ya me tendrían en la cima de la torre más alta con un dragón cuidando de mi, o probablemente a papá le hubiese dado un infarto al enterarse de que besé a un criminal. ya puedo imaginarme su reacción.

ANGELICAL. +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora