Capítulo 5

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Blanco y negro.

Anastasia.

No puedo creer que en verdad este hombre sea tan autoritario.

Ni siquiera fue como para ponerme atención y poder saciar mi coraje. Solo se aferró a ignorarme durante todo el recorrido en la carretera.

¿Quien se creía como para cambiar mis planes? ¿Acaso yo se lo pedí?

¡Ni un carajo!

Estaba tan molesta —y lo sigo estando— por su descaro de mentirme en la cara a pesar de que he tenido el valor de decirle en la cara lo que había hecho mal, y sin embargo, se atreve a todavía querer quitarme mis condones.

Que idiota, ¿no?

¿Y cree que con una cita al salón de belleza lo solucionará todo? pobre hombre, esta tan desorientado.

—¿Y sabe? —inquiero, cuando entramos a su mansión—. Si merecía que pagara toda mi despensa, ya que es lo mínimo que puede hacer luego de haber roto una de las normas que usted puso —resoplo y me cruzo de brazos—. ¿Que pensó? ¿Que podía cogerse a otra en mis narices? pues por si no lo sabe, tengo ojos y también oídos —noto que lo he irritado, ya que pone los ojos en blanco y se apresura a subir las escaleras.

Me quedo de pie junto a la escalera, cruzada de brazos y con el estómago revuelto por el coraje.

Hacia ya unos días que lo había notado raro, creí que solo se trataba de la presión de su trabajo, pero cuando vi llegar a Regina con un mini vestido sospeché, ella solo me saludó y entro a su despacho. Luego de eso no hizo falta que preguntara ya que lo que había pasado después me dejó claro todo. Por que sí, escuche todo, desde los azotes, hasta los gemidos.

—Hola de nuevo, Ana —me saluda Leah, la ama de llaves de esta mansión.

—¿Que tal? ¿Como estas? —pregunto con una sonrisa fingida.

Leah es una chica de aproximadamente veintisiete años, la conocí cuando vine a este lugar por primera vez. Me ha caído de maravilla desde el primer segundo, y para que alguien me caiga bien a la primera es muy inusual.

—Bien —responde—. ¿Irás a la fiesta de Clarissa?

—Si —respondo—. Me da algo de nervios conocerla —miento.

A pesar de que Leah es una vieja amiga de Leonel, no sabe nada acerca del contrato que tenemos. Así que cuando Leonel me ha presentado como su novia pude ver el asombro en su cara.

Debe pensar que es muy apresurado tener a otra mujer luego de lo que pasó con Sophia, pero da igual, va a ser lo que la mayoría de las personas pensará.

—Clarissa no es tan mala —dice—. De hecho, en mi opinión, creo que es la mujer más dulce que encontrará en la familia Mikaelson.

—¿En serio? —elevo ambas cejas—. Leonel no es muy dulce que digamos.

—No —sonríe—. Quizá solo haya sacado ese lado noble de ella, pero lo demás sin duda lo heredo de su padre.

—Entonces su padre no me agradara mucho —suelto una risita.

—Solo no lo interrumpa a la hora de hablar, eso suele molestarlo mucho.

—Trataré de no hacerlo —suspiro.

El timbre de la mansión suena por todo el lugar y Leah frunce el ceño.

—Seguro son los estilistas. Leonel les ha pedido que vinieran para alistarme —no puedo evitar poner los ojos en blanco.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2023 ⏰

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