Capitulo 2

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Abro la puerta del departamento y como siempre esta completamente solitario. María se va a las tres de la tarde y deja la cena lista antes de irse.

Me quito el abrigo rojo, lo cuelgo en el clóset que esta junto a la entrada y me dirijo a mi habitación.

Otro día más... Digo al entrar a mi habitación y cerrando la puerta, me recargo en ella, lanzó mi mochila y camino hacia la cama, me quito los zapatos, los calcetines y me quito la playera blanca que traigo puesta.

Me recuesto en la cama y mirando hacia el techo empiezo a sentir mi cuerpo cansado y quedo profundamente dormido.

Al despertar, el cuarto está completamente obscuro solo puedo ver la luz amarillenta que traspasa debajo de la puerta, de seguro llego mi mamá. Miro la hora y son casi las diez de la noche, ¡NO PUEDE SER! Me quede dormido, doy un salto fuera de la cama y me pongo una playera roja que estaba encima de la cama.

Salgo y mi mamá aún estaba colocando los cubiertos en la mesa. Perdóname me dormí, te ayudo a poner la mesa.

- Trae los vasos que están en la cocina, me dijo tu padre que necesita hablar con nosotros, que lo contáramos para cenar- me dice sonriendo-.

- Oh claro, voy por los vasos- le contesto y dándome la media vuelta para ir a la cocina-.

- Hola familia, ¿cómo están? -dice papá al entrar al comedor.

- Hola querido- le contesta mamá dandole un beso-.

- La comida esta lista para servir, ¿comemos ya? - le dice mamá.

- oh, un segundo, llevare mis cosas a la habitación y enseguida salgo, necesito decirles algo. - alcanza a decir desapareciendo por el pasillo-.

- ¿Que será lo que nos quiere decir? - le pregunto a mi mamá -.

- No lo se, ah de ser algo muy importante.- contesta mamá asentando el tazón del ensalada-.

Se me hacia cada vez más sospechoso la conducta de papá, casi nunca cenaba con nosotros, generalmente se queda mas tiempo en el hospital y llegaba mas tarde. Pero ah de ser algo muy especial para que haya "llegado temprano" y cenar con nosotros.

- Querida ¿ te acuerdas del posible ascenso que te platique?.- le dice mi padre-.

- Oh claro, ¿dónde te lo darán? - pregunta mamá con una sonrisa-.

-¿cómo que en donde? ¿No te lo tienen que dar en el hospital donde estas? - pregunto confundido-.

- hijo, eso es lo que les quería contar, tu madre ya sabia un poco del ascenso y pues me quieren dar el puesto de director en otro hospital- contesta tocándome el hombro-.

- otro hospital... Aquí en la ciudad, ¿no? - contesto aun mas confundido.

Mis padres se voltean a ver a los ojos.

- no es así, ¿verdad? - pregunto angustiado.

- En México - contesta mi padre.

Un silencio incomodo rodea la sala en donde estamos, no se escucha ni un solo ruido.

- ¿México? ¿Es una broma? ¡Nosotros vivimos aquí! - digo muy sorprendido-.

- Lo se, pero es para que mejoremos - contesta mi papá-.

- ¿Mejorar? Estamos muy bien como estamos, no veo el porque cambiarnos de país- contesto exasperado-.

- Se que será difícil- contesta mi mamá-.

- Mamá, ¡tu tienes un trabajo y una vida aquí!- me empiezo a desesperar.

- Oliver, ya no hay vuelta a tras, no hay nada más que decir. - levanta un poco la voz mi padre-.

- ¿Nada mas que decir? - pregunto levantándome de la mesa-.

- Nos vamos en dos días.

Otro silencio incomodo rodea la sala, no busco que otra cosa hacer y salgo corriendo de ahí. Cierro la puerta de mi habitación y me tiro rápidamente en mi cama. Y sin nada que hacer empiezan a desbordarse lagrimas que no podían ceder.
¿Por qué mi padre no me consulto antes? Quizá por que sabría como me pondría, no puede ser, de seguro estoy soñando y no nos vamos a mudar a ningún lugar.

- Hijo, ¿estas bien? - Pregunta mi mamá al entrar a mi habitación-.

- No mamá, no estoy bien - le contesto entre lágrimas-.

- Oh vaya hijo, tranquilo, veras que no será nada malo ir a México. - intenta convencerme mi mamá-.

- se que no sería nada malo, pero aquí tenemos una vida, tengo a mi mejor y único amigo, tu tienes un trabajo y amigas-. Le contesto sentándome abrazando mis rodillas-.

- se que te tomó de sorpresa la noticia hijo, pero entiende.

- ¿Que lo hizo por nuestro bien? - la interrumpo-.

- exactamente.

- No lo hizo por nuestro bien, si lo hubiera hecho nos los hubiera dicho mamá.

- es que él sabía que te pondrías así.

- Entonces aprovecho hasta que solo tenga dos días para que no haya marcha a tras. Interesante...

- Se que eso no fue bueno.

- Mamá en esto no hay nada bueno.

- Lo siento hijo.

- Yo igual lo siento mamá, ¿ya te vas? - le digo mientras seco mis lagrimas-.

- Buenas noches Oliver.

- Buenas noches mamá.

Se que recién me levantaba, pero no quería hacer otra cosa más que dormir, o al menos intentar pensar que nada de eso había pasado.

Aprendiendo a enamorarme (Homosexual) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora