𝚁.𝙴.𝙼.

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La AVT fue reiniciada por completo, ya que cuando el multiverso se abrió (por culpa de Sylvie) hubo diversos cambios, los trabajadores, analistas, jueces y demás volvieron a perder sus recuerdos más recientes, pues no olvidemos que todos son variantes, pero ninguno de ellos lo sabe. ¡Qué desgracia! La estructura organizacional de la agencia cambió, por ejemplo, los guardianes del tiempo ya no eran los dirigentes de la misma, sino una versión de Aquel Que Permanece, quien logró dominar el universo.

Esta variante de Aquel Que Permanece no era más que una versión no tan buena, pero tampoco tan mala, su acto de compasión dependía en gran medida de su estado de humor y sus intereses personales. Él se mostró tal y como era, en las instalaciones de la AVT se podía apreciar una estatua enorme de su apariencia física, luciendo imponente, autoritario, pero sobre todo controlador. Del mismo modo, los trabajadores de la agencia  evitaban que las ramas, originadas por el multiverso, alcanzaran el umbral porque de hacerlo el caos volvería a empezar. Cada hora, un comandante y sus soldados rompían las barreras del espacio-tiempo para resetear las líneas alternativas, al igual que intentaban arrestar a aquellos que trataban de tomar una decisión equivocada.

A pesar de los increíbles esfuerzos, no podían contener todo el desastre multiversal, por ejemplo en un solo planeta Tierra se reunieron tres Peter Parker, que provenían de universos distintos, quienes trataron de cambiar el destino de sus archienemigos para darles una segunda oportunidad. Un año más adelante se encontraron dos variantes de Stephen Strange. Esto tenía tan descontento a Aquel Que Permanece, pero era justo lo que necesitaba para que su plan principal pudiera dar inicio.

En la AVT se encontraba Loki, un poco desesperado y con los nervios de punta, pues la nueva propaganda de la agencia vendía la idea de que estaban ayudando a miles de universos a no caer en la dictadura de un villano poderoso, uno nunca antes visto, incluso más temible que Thanos.

—Tenemos que encontrar a Melody. —pidió Loki a Quynce, quien estaba sentado detrás de ese gran escritorio.

Quynce miró un lado a otro para asegurarse de que nadie los estuviera vigilando.

—Necesitamos hablar, pero no aquí, sígueme. —pidió en un susurro que apenas pudo oír el príncipe Loki.

Quynce se levantó de la silla y tomó una de las carpetas, se dirigió al despacho de la jefa encargada en turno del área de archivología y argumentó que visitaría la fotocopiadora y pasaría a recabar unas cuantas firmas, todo para no dar indicios de sospecha. Loki lo siguió unos pasos atrás, mirando a cualquiera que se cruzaba en su camino, pues todos podían estar involucrados en la aparente 'traición de Melody'.

Cuando estuvieron fuera del ojo público, Quynce tomó su TemPad y abrió un portal con destino a Pompeya en el año 79 A.C., pues Mobius le sugirió —antes de que le borraran la memoria, por segunda ocasión— que visitara cualquier apocalipsis en caso de que necesitara pasar desapercibido pues ahí la AVT jamás podría encontrarlo debido a que los eventos nexus no se ramifican.

Ellos cruzaron la puerta que rompió las barreras del espacio-tiempo, en un santiamén ya estaban en el antiguo paraje, faltaban veinticuatro horas para que el volcán hiciera erupción, así que con tranquilidad caminaron por las calles teniendo la seguridad de que nadie podría enterarse de su charla.

Los habitantes de Pompeya los observaban de manera extraña, como si estuvieran presenciando una visita de un par de linfáticos, pues la ropa que usaban los dos hombres no era acorde a la época.

—No he podido encontrar a Melody, no comprendo en dónde pueda estar o con quién, en el sistema se originan tantos eventos nexus cada cinco minutos que es difícil saber, en tiempo real, de qué universo estamos hablando.

𝚄𝚗𝚒𝚟𝚎𝚛𝚜𝚘 𝟼𝟷𝟼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora