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Dazai. Un universitario en el Instituto de Ciencias Forenses, recién despertaba. Había tenido ese mismo sueño extraño después de más de un mes sin presentarse.

El mismo chico de hace cuatro años estaba ahí, haciendo ese tipo de "cosas" con él, y al parecer ambos lo disfrutaban. Pero... ¿Por qué se había perdido tanto tiempo de sus sueños?

Ese chico pelirrojo que conocía en sus sueños desde hace más de cuatro años, parecía tenerle mucho cariño. En verdad lo amaba, y le demostraba todo su amor. Pero Dazai no podía aceptar a un chico que sólo aparecía en sus sueños y que posiblemente no existía ni tenía vida propia.

— Dazai... Quédate conmigo. No despiertes jamás. Yo... En verdad te amo y te necesito.

El chico pelirrojo suplicaba entre lágrimas al más alto, pidiéndole compasión. Pero si Dazai se quedaba en se lugar, significaba: muerte. Tantas cosas relacionadas con la muerte había visto en la universidad, que si bien, quería suicidarse algún día, sus ganas de morir en ese momento eran muy bajas y casi nulas. No aceptaría, y menos quedarse en el "mundo de los sueños".

El castaño separó las manos de Chūya de sus brazos, y lo empujó molesto.

— Ya te lo dije. Creo que mi subconsciente y yo sólo nos hemos divertido contigo. Pero no me interesas en lo más mínimo, ¿Sabes? Espero no volver nunca más. Consíguete a un estúpido demonio como tú, y deja de meterte en mis sueños.

No tenía empatía. En el fondo creía que Chūya era una ilusión suya y que lo había estado perturbando durante más de cuatro años. Chūya, lloraba.

S-Soy real... No es mi culpa nacer Demonio y vivir en un universo diferente al tuyo. Creí que me querías... Si, no me querías... ¿Por qué hiciste esas cosas conmigo? ¿Por diversión? ¿Por placer? ¿Soy un juguete para tí? ¿Un objeto?

Cuestionaba, mientras Dazai caminaba hacia la luz azul que lo hacía despertar. Había aprendido a controlar sus sueños.

— Sí. Porque eres algo que ni siquiera existe. Un invento de mi cabeza, quizás.

Ni siquiera volteó. Se mantenía de pie, muy cerca de la luz, la salida.

Chūya sintió cómo alguien sujetó una de sus manos. Era Ryūnosuke, ese niño que resultó de sus momentos de placer con el humano soñador, Dazai.

Ryū, de cuatro años, presentía la tristeza de su madre demonio. Quería animarlo de alguna manera y que dejara de llorar.

— Si soy... Un invento de tu cabeza. ¿Qué me dices del niño? ¡Sólo míralo! ¡Su nombre es Ryūnosuke y existe! ¡Los demonios no heredamos rasgos de nuestros padres, por eso no se parece a ninguno! ¡Pero es tu hijo!

— Es tan falso como tú.

Cruzó la luz.

DATOS:
>> El MPreg no existe en humanos, sólo en demonios. Al ser un demonio Chūya, pudo tener un hijo con un humano.

>> Muy probable odien a Dazai en este fic.

>> Las personalidades pueden cambiar un poco.

>> Dazai X Chūya.

Dos universos diferentes.

Hijo del Demonio [SOUKOKU] [DAZAIXCHŪYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora