Capítulo 5

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Los caballos galoparon en el frío sendero a gran velocidad.

Solo cuando sus patas hubieron pisado  la nieve más cercana en los alrededores a de la entrada se les permitió descansar.

Gerlat bajó de inmediato sin mirar atrás y caminó con el ceño fruncido ansioso hacia la gran puerta de madera. Solo quería llegar, asegurarse de que Ciri estaba bien, poder compensar todos esos meses desperdiciados, recuperar el tiempo perdido con Jaskier y hacer todo lo que esté a su alcance para disculparse. Que el bardo pudiera entender lo mucho que le había pensado su ausencia.

Yennefer bajó lo más rápido que pudo de su montura y fue tras el Brujo que la estaba dejando atrás.

—Geralt. Escúchame— Suplicó la hechicera persiguiendo.

—Nos traicionaste— Gruño molesto con voz queda el peli blanco sin quitar su vista del frente.

—Geralt. Por favor escúchame— Continúo la mujer intentando alcanzarle el paso— Déjame explicarte— Antes de que Voleth Meir se revelara, me visitó de niña en una visión jodida de mi misma— Pero el brujo no parecía querer parar, así que lo toma exasperada del brazo obligándolo a detenerse y mirarle— Sí, se alimenta del dolor— Concedió— Pero todos en el continente están sufriendo. Voleth Meir es más selectiva, es más específica—

—Explícate— respondió molesto.

— Busca tu debilidad. La enorme herida en tu corazón...Lo que te hace perder la esperanza — Explico con la su voz flaqueando al final— Y mete el dedo en la herida. Te lastima tanto que haces lo que sea—

—Cómo sacrificar a una niña inocente— Le hecho en cara, y retomó su camino dejándola detrás nuevamente.

—Si... Solo que no pude hacerlo— Confesó Yennefer desde la distancia— Geralt— Corrió tras el nuevamente y se puso frente a él— Se que esto no significa nada para ti, pero ahora entiendo lo especial que es—dijo refiriéndose a Cirilla— Cuando perdí el Caos, jamás creí que sentiría esa chispa esa, vida , pero Ciri la irradia— Su voz se llenó de moción.

Pero Geralt solo la miraba inexpresivo.

— En casa de Melittele cuando la ayude a controlarlo— Continúo la Hechicera— Cuando abrió el portal bajo mis instrucciones, sentí que, que...—

—Se lo que se siente Yennefer— Le cortó.

— No se lo que quiere Voleth Meir de Ciri. Pero hay que protegerla— Afirmó agitada.

Garalt apretó la mandíbula entonces, la impotencia y la furia hirviendo en su ser. Se acercó imponentemente al rostro de la mujer y hablo en voz apacible pero firme.

Yo tengo que protegerla— Sentenció. Y dejó a la Hechicera detrás de el parada en medio de la nieve blanca.

(...)

Yennefer cerro los ojos con pesar e inspiró profundo.

Había cometido grandes errores en su vida, muchos de los cuales fueron necesarios y otros de los que creyó que lo eran en su momento. Intentar asesinar a Ciri para conseguir su poder había sido uno de ellos. La mirada fría de Geralt había calado dolorosamente en su pecho y el arrepentimiento se sentía incluso peor.

Ahora, Cirilla se encontraba en Kaer Morhen destruyéndolo todo a su paso, poseída por la misma demonio que había usado su herida más profunda y la había tocado hasta hacerla sangrar. Era su culpa. Y lo arreglaría. Por primera vez en su vida quería hacer no lo que era conveniente, si no lo que era correcto. Le demostraría a Geralt que todo lo que le había dicho al llegar era completamente cierto.

Destino (Geraskier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora