El 13 de octubre de hace un año

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Capitulo 2
El 13 de octubre de hace un año

Había pasado ya casi un año desde que Daniel había sufrido el accidente, ahora no era capaz de recordar los días nuevos que vivía, que en realidad no vivía.

Todos los días se despertaba temprano, creyendo que era el trece de octubre del año pasado, se levantaba temprano como lo había hecho aquel sábado, pues en su mente aún estaba la idea de querer aprovechar el primer día en Reseda.

Su madre no tuvo el corazón de decirle la verdad, ella trató de hacerlo varias veces, pero Daniel siempre se alteraba, terminaba llorando, gritando y maldiciendo, cada que Lucille le decía sobre su condición, Daniel decía que su vida se había arruinado, y que deseaba nunca haber llegado a la ciudad.

La señora LaRusso no soportaba ver a Daniel sufriendo, para al día siguiente despertar con una bella sonrisa, como si nada hubiera pasado el día anterior. Ella estaba destrozada por dentro, se sentía culpable, incluso trató de matar a Daniel para luego ella suicidarse, por arruinar la vida de su único hijo. Pero no era capaz de algo así.

Ella estaba buscando la manera de tratar el problema de Daniel, aún si le habían dicho que era irreversible cada vez que iba a la clínica especializada en la memoria, Lucille no se rendiría hasta hallar un tratamiento para Daniel, incluso si debía gastar hasta el último centavo, el seguro apenas había cubierto el hospital del azabache, y aún si no podían pagar para reparar la mente de Daniel, pero de cualquier modo era su madre, y le debía hacerse responsable hasta conseguir una solución.

Mientras tanto, era mejor que LaRusso siguiera pensando que era trece de octubre. Un día como cualquier otro, Lucille vio a Daniel despertar temprano, y sus ojos amenazaron con derramar cientos de lágrimas al verlo tan inocente, ignorante de aquello que le estaba afectando.

—Buen día mamá— le dijo alegre.

—Buen día Daniel— contestó ella fingiendo alegría. —¿Qué haces despierto tan temprano?— dijo como si repitiera las líneas de un guion ensayado miles de veces.

—Solo quiero aprovechar el día— le contestó.

En eso tocaron a la puerta, se trataba de Freddy, quien cada que podía, venía a ver al azabache. Por obvias razones Daniel nunca pudo entrar a la escuela, (y por ende nunca fue visto por cierto rubio) y a Freddy por su parte le dolía no ver a Daniel en las clases, así que los fines de semana, o cuando sus clases iniciaban tarde, tocaba la puerta de su vecino con la esperanza de ver una mejoría en él.

Freddy sabía de la condición de Daniel, fue uno de los testigos que estuvo ahí cuando los paramédicos se lo llevaban rumbo al hospital, y le había prometido a Lucille, que nunca hablaría del tema mientras estuviera con el pelinegro, y que le seguiría la corriente en cuanto el día que se supone que era. Si Daniel le preguntaba la fecha, Freddy repetía como grabadora: Es sábado trece de octubre.

Así había pasado un año, y muy pocas personas (solo los que solían ver a Daniel) sabían de su condición, y por ende, sabían actuar ante la ignorancia del moreno. Ninguno estaba feliz de mentirle a Daniel, pero no había ninguna otra forma de lidiar con el problema, era lo mejor para todos, aún si el pelinegro no era consiente de lo horrible que se volvió su vida.

Pero todo cambiaría ese día.

Johnny Lawrence siempre llegaba tarde a clases, más que nada porque se quedaba dormido y se le pasaba la hora, él creía que con su moto, podría llegar rápidamente a la escuela a pesar de que le quedaran pocos minutos para llegar, sin embargo, casi nunca lograba su cometido de de alcanzar a llegar antes de que sonara el timbre. Mas aun, hoy era el fin del ciclo escolar, y no solo eso, era su ultimo día como estudiante de preparatoria, por lo tanto no se dio el lujo de llegar tarde, debía disfrutar hasta el ultimo segundo de despedidas y abrazos antes de la ceremonia del día siguiente. 

50 Primeros Besos (LawRusso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora