Cierro la puerta tras de mi de un fuerte portazo que retumba por las paredes, provocando que la puerta tiemble como si fuese gelatina.Mi padrastro.
La fuente de todos mis males.
Alguien a quien preferiría ver muerto y enterrado que en mi familia y tirándose a mi madre.
- ¡ESOS HUMOS O SUBO YO! - el grito hostil de mi padrastro llega hasta mis oídos.
Ese hombre...
No debería estar aquí.
No en mi familia.
No con mi madre.
Pero... yo no puedo hacer nada.
Ni siquiera hablar con mi madre. Si lo hiciera, los moratones, las heridas y las noches de curarme no pararían nunca. Serían los peores de mi vida y nunca habría un fin. Además, el daño que le causaría que otro hombre desapareciera de su vida, así, sin más. Que otro hombre pegue a su hijo. Eso la destrozaría, tanto física como mentalmente a mi madre.
《Tal vez me encontrarían muerto algún día.》
《Pero... yo no puedo hacer nada.》 Me repito.
- Dime, ¿acaso él es un buen hombre? - la voz, un tanto distorsionada, se me mete en el oído, tal y como si me lo estuviese susurrando.
Pero detrás mío no hay nadie.
O eso creo.
Tal vez este loco y estas voces que oigo todos los días desde que tengo uso de razón sean producto de mi propia imaginación.
- ¿Estas seguro de ello? - una voz femenina acompaña a la primera, siendo de las pocas que se llegan a entender entre la mezcolanza de voces y susurros.
Una imagen de mi padrastro muerto, tirado en el suelo desangrándose poco a poco llena mi mente.
No, no puedo ceder.
Todas atacan a la vez.Como un conjunto de abejas. Clavandome sus agujas en la piel.
- Si no...¿qué va a ser de ti?
- Hazlo, Diego.
- No te resistas.
- Tú lo quieres tanto como nosotros.
- Diego...
- Hazlo, mátalo.
Sus voces son tan fuertes que casi no puedo frenarse a mi mismo cuando comienzo a andar hacia la puerta.
No. No puedo matarlo.
Tengo que... recordar qué fue lo que le pasó a papá...
- Pero te gustó.
- Tú sabes tan bien como nosotros que ahora estás mucho mejor.
- Si no fuera por tu padrastro...
- Mátalo Diego.
- Mátalo, mátalo, mátalo...
Tengo que... recordar...
-¡¡Mátalo Diego!!
Las voces consiguen gobernarse y no recuerdo lo que tenía que recordar.
Mis piernas van solas hasta la puerta. Bajan las escaleras a paso ligero y llego a la cocina sin saber muy bien cómo, por que el control de mi propio cuerpo no lo tengo yo.
- ¿Qué coño haces aquí, Diego?
La voz de mi padrastro, esa voz hostil, me devuelve a la realidad.
Estoy en el salón, de pie.
Y no sé cómo ni cuándo un cuchillo bien afilado de la cocina ha aparecido en mi mano.
Algo en lo que mi padrastro no se ha fijado.
- Todavía... - la voz se ríe, divertida.
- Miralo... tan débil, tan indefenso ante nosotros...
《No puedo hacerlo》
- Claro que si Diego.
- Hazlo.
Las voces no paran, pero...
¿Y si tuvieran razón?¿y si este hombre no merece vivir?
Sé perfectamente que no es un buen hombre.
Droga a las chicas, pega a su hijastro y maltrata a mamá. Por lo menos lo vi una vez.
No merece vivir...
Y la vida no ha hecho lo suficiente para acabar con su racha de buena suerte.
Pues eso se acabó.
X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X
Cojo todas y cada una de las bolsas de la compra, son 5 bolsas de papel marrón del súper que contienen la comida para esta semana. Sé que no debería llevarlas todas en los brazos, que se me podrían caer.
Pero es cierto que nadie me ayuda nunca con ellas, lo tengo que hacer yo. Y si lo puedo hacer de un viaje que así sea.
Cierro el coche no se ni cómo y, con grandes dificultades, abro la puerta de casa.
Y la encuentro como siempre, tan callada como una tumba.
– Oye...
Me interrumpo al tocar con mi bota in enorme charco de...
Sangre.
Tan roja como los rubis.
Alzo la mirada para ver un cuerpo tirado en el suelo como una simple marioneta a la que le han cortado los hilos. Y encima de él...
Los ojos azules de Diego me miran enloquecidos mientras unas sombras se ciernen a su lado a la vez que termina de sacar el cuchillo de cocina del cuerpo de Harold.
Se me caen las bolsas de la compra, con un grito estrangulado en la garganta mientras su risa me hiela los huesos.
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Relatos Cortos para antes de Dormir
KurzgeschichtenQuieres un relato (o varios) corto para antes de dormir? Uno que te haga sentir algo de yuyu por los personajes? Pues bienvenido, has venido al lugar adecuado. Aquí encontrarás relatos cortos para antes de dormir sobre terror, asesinos en serie, p...