Capitulo Tres

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PARALYSIS

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PARALYSIS

Sus ojos se abrieron repentinamente, encontrandose con el blancuzco techo de su apartamento, aun era de noche, los sonidos de las chicharras aun se escuchaban fuertes en los jardines de afuera, los grillos hacian pequeños ruidos mientras el rocio ...

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Sus ojos se abrieron repentinamente, encontrandose con el blancuzco techo de su apartamento, aun era de noche, los sonidos de las chicharras aun se escuchaban fuertes en los jardines de afuera, los grillos hacian pequeños ruidos mientras el rocio goteaba por el cesped.
Sintió una pequeña gota de sudor recorrer el lado derecho de su rostro, suspiró, el despertar a media noche no le sucedia tan seguido, pensó que tal vez una pesadilla que no recordaba de pronto la asustó lo suficiente como para despertar.
En la tranquilidad de la noche se relajó, se dejó llevar por los ruidos nocturnos con esperanzas de volver a conciliar el sueño nuevamente.

Ella podia presentirlo si escuchaba con mucha atencion, aun sin dejar de mirar su techo oyó con carente sonoridad una especie de crujido, el sonido del cesped siendo contraido hacia el suelo, su cuerpo se tensó por completo al percibir las posibles pisadas desde fuera de su ventana, algo se posaba en la misma espectante mirando hacia el interior de la habitacion. La inquietaba pensar que alguien o algo realmente estuviese mirandola desde fuera, ¿alguien estaba planeando asaltar su casa? ¿algo queria herirla? ¿asi acabaria todo? ¿que pasaria con Lucy? Cerró sus ojos con fuerza esperando a que aquella presencia en el umbral de su ventana al fin hiciera lo que tanto pretendia al presentarse alli.

Nada sucedió, un silencio total inundó la habitacion, ya no podia escuchar ni grillos ni chicharras, ni siquiera el viento.
Parecia como si todos se hubieran puesto de acuerdo para ponerla todavia mas tensa.
Congelada en su cama, con la cabeza hundida en su almohada continuaba con su vista en negro hacia su techo, desde los pies hasta el cuello persistia sin movimiento, por mas que se esforzaba no lo lograba, era tan facil como levantarse y cerrar la ventana.

Congelada en su cama, con la cabeza hundida en su almohada continuaba con su vista en negro hacia su techo, desde los pies hasta el cuello persistia sin movimiento, por mas que se esforzaba no lo lograba, era tan facil como levantarse y cerrar la ...

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