|| LA MALDICIÓN BLACK ||

IV

En el sillón cerca de una mesa mediana con una lámpara y una tasa de café encima un rubio suspiraba mientras miraba de vez en cuando el reloj colgado en la pared a un costado suyo para corroborar que falta pocos minutos para la llegada de su amante y este se encontraba ansioso de poder tenerlo entre sus brazos una vez más, no sabía como sucedió pero se encontraba locamente enamorado. Verlo sonreír por cualquier cosa y en cualquier momento era algo que hacía a su corazón latir fuertemente en su pecho, acariciar su cabello y sostenerlo cerca suyo era algo que amaba al igual que su sonrojo cuando le decía lo mucho que lo amaba y este sonriendo le de volvia el sentir dejando un beso en sus labios y saber que todo eso se acabaría pronto una vez se casara con Potter lo enfurecia mucho.

La puerta abriéndose captó su atención, sonrió viéndolo entrar a paso apresurado, se levantó para recibirlo con los brazos abiertos anhelando ese encuentro, suspiro con satisfacción al tenerlo entre sus brazos y dejando un suave beso en su boca se separo con tal de verlo a los ojos.

Lo amaba tanto, tanto que dolía tener que dejarlo ir pero ambos sabían que era necesario, sabían que su amor estaba condenado desde el momento uno pero aun así lo intentaron desgraciadamente lo único que tendrían del otro solo serian bellos y hermosos momentos guardados para siempre en lo más profundo de sus corazones esperando y aclamando que alguien les ayudara, que alguien tuviera piedad de dos corazones que lentamente se rompían a pedazos por un amor al que tenían que decir adiós.

— Te amo Dragón.

— Te amo Tejón.

Una vez satisfechos con su muestra de cariño, ambos se miraron antes de besarse con una pasión desenfrenada, el menor gimió en la boca contraria cuando una mano apretó su miembro. Draco sostuvo delicadamente la cintura del joven para ayudarle a que se acomodara sobre su regazo como más le gustará, una vez cómodos con la posición se encontraron deseando más contacto así que en un rápido movimiento del rubio, ambos se encontraban en la cama mirándose con deseo.

Con rapidez Draco retiro las prendas que impedían ver a ese hermoso joven que le había robado el corazón, acaricio toda piel disponible y beso con dulzura cada parte del joven quien gustoso lo acariciaba de la misma manera, las caricias eran algo que el menor amaba cuandose entregaban.

El rubio se separo de él que gimió protestando la separación, ambos se miraron a los ojos y algo se removió en ellos sabían lo que era, aun asi no pudieron detenerse, era su última noche por eso le restaron importancia en el momento que sus bocas se encontraron nuevamente, con un ágil movimiento del joven el rubio se encontró recostado boca arriba donde este estuvo, antes de que pudiera reclamar el rubio soltó un ronco gemido al sentir como este se restregaba contra su aun cubierta erección.

Con una sonrisa el tejon se deslizó lentamente hacia su zona intima dejando besos en su camino, con los dientes sujetando el bóxer y un giño que le robo el aliento a Draco este bajo sensualmente la prenda que impedía a ambos disfrutar. Una vez se deciso del bóxer del rubio, el menor  miro detenidamente a su amante, piel pálida con gotas de sudor bajando lentamente en una invitacion a besar el camino que dejaba su mirada fue hacia arriba donde un rostro angelical pero una mirada dura llena de lujuria y placer que le hacia estremecer tambien lo contemplaba, unos fuertes brazos lo apresaron haciendo que un gemido se le escapara una mano pálida y suave acaricio su rostro con dulzura mientras que la otra se dirigió a su espalda baja para dejar tenues caricias que le hicieron suspirar como si fuera la primera vez. Draco fue la persona quien siempre le gustó por ello cuando este se le declaró no dudo en decirle que sí, le trataba tan bien, lo amaba así que quería complacerlo; separandose lentamente de encima del rubio quien le miró con curiosidad cuando se sento a un lado de este para luego acariar los muslos pálidos del rubio que soltaba suspiros complacidos por el tacto dejándose hacer bajo las caricias de su amor.