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Cuando término de decir eso, su respiración se corto por un momento ¿Realmente dijo eso? Parecía un sueño y sus mejillas no tardaron en tomar un ligero sonrojo, viéndose así inocente si no fuera por la vestimenta que traía puesta se veía de otra m...

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Cuando término de decir eso, su respiración se corto por un momento ¿Realmente dijo eso? Parecía un sueño y sus mejillas no tardaron en tomar un ligero sonrojo, viéndose así inocente si no fuera por la vestimenta que traía puesta se veía de otra manera.

—¿C-castigo? -susurro con un deje de nervios en su voz, no sabía si se refería un castigo como tal o uno el que fantaseaba debes en cuando.

Palabras no recibió y solo fue conciente de que sus caderas fueros liberadas de aquel agarré, el hombre mayor solo camino hasta sentarse, dejando sus piernas bien formadas ligeramente abiertas, viéndose más intimidante y caliente a la vez con esa mirada oscura que le estaba dedicando en ese momento, desbordaba por cada poro sensualidad y él, estaba más que encantado ante la vista.

—Ven, acuestate boca abajo sobre mi regazo. -demandó con aquel acento el cual lo volvió loco y su miembro poco a poco fue endureciendo.

A paso lento fue hasta él y acató la orden dada, quedando su pecho sobre uno de aquellos gruesos muslos y su pelvis sobre el otro, dejando así su trasero ligeramente cubierto por aquella tela a la vista, su pequeño cuerpo se sentía caliente y sentir un dígito frío pasarse por su espalda causó un poco de escalofríos, un suave jadeo salió de su boca cuando un golpe en seco chocó contra una de sus nalgas.

—Te daré veinte nalgadas y quiero que las cuentes, si no lo haces volverás a contar desde el principio. -sentenció y al notar que el menor asintió, empezó con las palmadas.

El golpe de aquella mano grande contra aquella suave piel resonaba por toda la planta baja junto aquellos dulces gimoteos por parte del menor, el cual estaba más que agitado, quería más que simples golpes, lo necesitaba.

—¡Mgh~! -gimió bajo y sus manitos apretaron aquel cojín con el que se aferraba, sus caderas se movieron para crear más fricción en su miembro contra el muslo de su padre. —Veinte... -soltó inaudible.

La palma que torturó ahora masajeaba sus rojas nalgas, sus mejillas estaban de igual color y de su boca sobresalía un poco su lengua.

—Fuiste un buen chico. -un susurro llegó a sus oídos y una sonrisa se escapo. —Ahora te recompensare, siéntate.

Haciendo caso, tomó asiento en el regazo y dejó descansar sus manos sobre aquel pecho, su respiración acelerada y sus ojos cristalinos miraban con deseo aquellas grandes perlas del mayor.

Su cuerpo se sobre salto al ser tomado por amabas manos, apretandolas sin tanta fuerza para no lastimarlo pero si dejando marcas, su cuello fue asaltado por la boca contraria, dejando calientes y húmedos besos en este.

—Uh~ -sus párpados se cerraron ante el placer y bajos sonidos salían de su garganta, sus manos que descansaban por un momento terminaron en aquellos hombros y sus caderas tomaron un pequeño ritmo, sintiendo aquel grueso y largo pene del pelinegro. —Por favor, lo quiero... -lo miro, demostrando necesidad y sus brazos terminaron por enredarse en el cuello ajeno.

—¿Lo quieres? -el tono burlón que utilizó solo lo hizo suspirar mientras asentia varias veces. —Solo tendrás tres dedos y ya, luego podrás sentirme bien en otra ocasión. -esta vez su voz sonó coqueto y sus labios fueron atacados por el contrario.

Su cuerpecito tembló un poco ante aquel beso y logró sentir el como sus bragas fue echa aun lado, dejando así a la vista su rosada entrada la cual se contraía un poco al necesitar algo dentro y sus mejillas estaban rojas al sentirse de ese modo.

—Ya lo habías echo ¿Cierto? -aquella voz lo saco de sus pensamientos y con un poco de vergüenza asintió. —Bien, entonces chupa. -la mano del mayor que hace un momento maltrato su trasero, estaba cerca de su rostro y mostraba tres dedos los cuales se metieron a su boca.

Aquellos largos dígitos eran cubiertos por la saliva y una traviesa lengua los lamia, imaginando que eran otra cosa más que simple dedos.

Cuando quedaron bien cubiertos por la saliva, los saco para acercarlos a sus nalgas, una pequeña corriente recorrió su cuerpo al sentir como estos tocaban su orificio y jugaban con querer entrar, causándole placer pero a la vez desesperación.

Sus caderas se menearon para tener un poco más de contacto pero una gran mano tomó su cadera con fuerza, impidiendo cualquier tipo de moviendo por parte de él y así dejarlo con más necesidad.

Bajos quejidos salieron de sus abultados labios y sus luceros mieles miraron los contrarios, pidiendo a través de estos que dejara de jugar y lo hiciera de una vez por todas.

Con una sonrisa coqueta que tiraba de los delgados labios contrarios y sin previó avisó, un largo dedo que insistía entrar, término por abriese paso en su interior.

Sus regordetes labios se abrieron un poco y sus manitos se aferraron a los hombros del hombre mayor, sus ojitos se cerraron por que vamos, sus deditos eran pequeños pero gorditos más no llegaban a mucho como lo estaba haciendo un simple dedo.

—Por favor, muevelo. -soltó bajo y miro suplicante a Jungkook.

Sin decir ninguna palabra aún, acató el pedido y con un pequeño vaivén empezó, entrando y saliendo poco a poco mientras observaba aquel dulce rostro sonrojado, al no obtener alguna queja, fue introduciendo un segundo dedo y solo recibió bajos suspiros junto pequeños gemidos.

Pasaron unos minutos y el más bajo meneo sus caderas, pidiendo más y cumplió con agregar un tercer dígito, un apretón en sus hombros junto un largo gemido lo ánimo para acelerar el ritmo, causando más ruidos agudos los cuales se dispersaron por toda la sala.

Sus regordetes labios estaban ligeramente abiertos para soltar aquellos sonidos sin pudor alguno, sus uñas se clavababan en el los hombros del mayor mientras una de las manos de este movía con rapidez para causarle placer, haciendo que el orgasmo se aproximará cada vez más.

—A-ah... ¡Más papi! uh~ -era demasiado ruidoso pero lo estaba disfrutando demasiado aunque fueran simple dedos, sentía que estaba al borde de terminar y sus piernas temblaron un poco.

Un choque más de los nudillos del mayor contra sus nalgas y término por derramar largos chorros de semen los cuales mancharon la camisa contraria.

—¡Ngh~! -su cuerpo se relajo por completo mientras dejaba su cara en aquel fuerte pecho, descansando y tomando largas bocadas de aire para recuperarse.

Haciendo que su meta principal se acerque cada vez más.

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Por la luna, tarde en hacer este capítulo ya que me dio nervios cuando siempre me la paso modo hot y hablando de ese tema con amigos pero bueno, espero y sea de su agrado ya que no soy de escribir mucho este tipo de escenas y otra cosa, después del siguiente actualización desaparecere ya que fue mucha actualización :D

Sin más que decir, bye bye

▼𝓞𝓱 𝓑𝓪𝓫𝔂△ ›кσσкмιη‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora