Noche 2.

1.2K 38 8
                                    

¿Dónde se supone que estoy?

Me levanto rápidamente de la cama y poso mi mirada a la habitación. Este no es mi cuarto y obviamente no mi casa. Pero lo importante es ¿Dónde estoy? ¿Qué me paso? Y especialmente ¿Que hice anoche?...

Lo último que recuerdo fue salir del restaurante con Sean ir a un bar y...

¡Carajo!. Sean, ¿Dónde deje a Sean?, maldita sea. Esas son muchas preguntas para auto responderme tan rápido, primero a la mierda donde estoy, ahora lo que importa es donde esta Sean.

-Bien hecho Asia-Me digo a mí. Misma levantándome de la cama.

Aún tengo mi vestido puesto pero mis tacones están tirados en el suelo. Mi cabello esta hecho un desastre y ni hablar de mi aliento. Solo puedo oler alcohol.

Camino por el cuarto y hayo la puerta de salida. Abro el picaporte lentamente y llego a la sala. Hay una gran ventana, curiosa me aproximo a ella y me doy cuenta de que estoy en un departamento. ¡Genial! Lo que me faltaba. En lo que supongo que es la cocina se pueden oler un delicioso olor a panqueques. Entro en la cocina y me encuentro con la deleitable imagen de Sean sin camisa y solo en bóxer.

Sus perfectos músculos y su trasero bien formado me dejan deleitarme exitosamente, es totalmente sexy.

-Despertaste-dice sin girar a verme-Empecé a creer que estabas en coma, linda-Me Miro de reojo.

-Ja. Personas como yo no nacimos para estar plantadas en una cama durmiendo-Sonrió-¿Que paso anoche?-paso mi mano por mi cabello.

-¿Tu qué Crees que paso?-Pregunta burlonamente.

-Si lo supiera la verdad no preguntaria-Odvie esa parte sentándome en el Mesón de la cocina.

-No tuvimos sexo si eso temes-Metió un bocado de panqueques a su boca.

-¿Miedo al sexo? Ja, el sexo me teme a mi bebé.-humedecí mis labios y lo escuche tragar con fuerza pero con un tanto de orgullo y curiosidad. Y gracias a que estaba en bóxer pude ver como un notable bulto crecía en ellos.

-Nosotros solo bebimos. Tu más que yo, té tomaste tres botellas de wiski enteras, por un momento pensé que habías enloquecido-Mordió su rosado labio inferior causándome ese click que crea en mí.

-Realmente no quieres verme enloquecida-Le guiñe un ojo acercándome a él.

Me apoye en su espalda y respire brevemente en su cuello. Roce mi nariz con él y luego me aparte, lo escuche tragar con fuerza mientras su manzana de adán saltaba de arriba a abajo. Lo pongo nervioso pensé. Pero por más que me guste jugar, con el no puedo, dé echo es totalmente incorrecto que Yo esté Aquí con él.

-¿Dónde estamos?-Me alejo del tratando re romper la tensión.

-E-en mi departamento-Tartamudea un poco y está bastante rojo. Excitación.

-¿Siana sabe de esto?-Arqueo una ceja divertidamente.

-No. Y no se lo digas, veces simplemente necesito espacio-Pide despreocupado-Además. A algún lugar tengo que irme cuando ella se acuesta con su noviecito.

-¿Lo sabes? -pregunto algo sorprendida y el asiente-¿No te molesta?

-Sí. Me hace molestar mucho la idea de que alguien se está metiendo en su cama. Pero tengo que asimilar en algún momento que ya no es una niña-Suspira fastidiado-Ya no es la misma hermanita de siempre-tira su cabeza a la mesa.

Es totalmente normal que le den esos ataques de hermano sobreprotector, por algo son hermanos mayores. Pero pobre, se nota que no está preparado para verla crecer de esta manera.

51 Noches contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora