Capítulo 3 ¿Le digo o no le digo?

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Nuestro último día en casa. Recuerdo que en ese entonces tenía 6 años de edad. Ese día paseaba por los rincones de la casa, tocaba el tapiz amarillo de la pared, viejo pero reconfortante a su vez, me sentaba en las polvorosas escaleras de madera y veía el techo, pensaba ¿Será buena idea decirle lo descontenta que estaba por la idea de vivir en esa casa? ¿Decepcionaré a mi padre?, muchas cosas inundaban mi mente en ese momento, pero nada mejor que decírselo al buen William, William siempre sabía que decir aun cuando no, era mi mejor amigo y me entendía de muchas cosas, deseaba comentarle toda esta problemática de la casa nueva, me levanté de el escalón de madera, sacudí mis vestido amarillo con flores blancas y me dirigí a la puerta, en la sala vi a papá empacando en grandes cajas cafés los retratos, abrí la puerta y salí corriendo a la casa de al frente. Willy y yo habíamos sido mejores amigos desde que se mudó a Brighton, tenía 4 años de edad lo recuerdo muy bien, estaba jugando con la tierra a buscar lagartijas y counstrir casas para ellas, pensaba que se hospedaban en grandes hoteles de tierra mojada, el sol pegaba duro y un pequeño niño castaño con pecas en las mejillas, mejillas rosadas, ojos avellana con gran dentadura había salido con una caja muy grande de un auto, nos miramos fijamente, el sol nos pegaba y nos saludamos, desde ese momento hubo una gran amistad. 

Toqué la puerta de la casa de Will, salió su madre:

-¡Hola An! ¡Qué gusto!, ¿Qué te trae por aquí?

- Vine a ver a William.

-Claro, entra, entra- Su casa era enorme, tenía 2 pisos y muchas habitaciones las cuales no conocía completamente, me impresionaba en como una casa tan grande podía existir en un vecindario tan pequeño, esperaba a Willy en los sillones con una taza de té y galletas en la mesa de centro, Willy bajó:

- ¡Any!- Se acercó, me estrujo y se alejó unos centímetros de mi - Te extrañé este fin de semana ¿Donde estabas?

-Estaba con papá, veía la nueva casa. 

- ¿Era cierto entonces?- Miró el piso.

- Sí, Willy no quiero irme.

-Pero te irá bien, además padecen de muchas cosas An, la nueva casa te dará mucho, ya no te tendrás que preocupar.

-Willy pero te voy a extrañar.

-¿Te gusta esa casa?

-Sí, pero me inquieta dormir en un lugar lleno de hongos.

-Eso es normal An, me pasó lo mismo que en esta casa, antes mi cuarto tenía hongos en las paredes y parte del piso ¿Recuerdas? era asqueroso.

-No tanto como los gusanos que se subían en tu cama- solté una pequeña carcajada.

- Jajaja sí, con un poco de limpieza la casa será un sueño, confía en mi- Willy era muy maduro para su edad, no era como los demás niños que les gustaba matar bichos o jugar béisbol por las tardes, apreciaba la literatura, estar en casa cocinando en las tardes y en como funcionaban ciertos artefactos. 

- ¡Gracias Willy! , pero ... Iba a preguntarte.

-Dime.

-Quería decirle a papá que no me gustaría mudarme en ese lugar ¿Crees que deba hacerlo?

- Any, si lo ves por mi no lo hagas, verás puedo visitarte cualquier día, después de la escuela y las clases de piano por supuesto, tu padre quiere mudarse ahí porque el nuevo empleo que les ofrecieron será mejor, tendrás una hermosa casa al fin, un hogar, no digo que tu casa sea mala pero tienes muchas deficiencias en ella, los cambios siempre son buenos, recuerda lo. 

Después de esa tarde con Will, volví a mi casa antes de el anochecer, subí a mi pequeño cuarto y reflexioné en que no iba a ser tan malo vivir en un lugar como ese, con limpieza todo podía arreglarse, tenía que ser menos egoísta y ver por mi papá también, necesitaba ese trabajo y un lugar donde nos podía ir mejor. 

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2016 ⏰

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