encendamos una llama

312 18 2
                                    

Okuyasu es introvertido, bueno, no. No le gusta estar con la gente. Nunca ha tenido novia. Nunca ha besado a una chica.

Peor aún, tiene unas cicatrices en la cara que espantarían a cualquiera.

Pero tiene amigos, uno de ellos es Koichi, tiene una novia bonita, piensa Okuyasu.

A veces piensa que le gustan los chicos. Tampoco ha besado a un chico.

Una noche acude a un club, mucha gente a su alrededor esta bailando y tomando; se dirige a la barra, pide algo para beber y mientras espera, mira a la gente divertirse.

En otra parte del mismo lugar, se encuentra Josuke sentado aburrido junto a su novio quien charla con dos chicas.

Le gusta usar maquillaje y ropa de chica; eso no lo hace menos hombre.

Se enchina las pestañas, toma sodas sabor cereza, habla con la gente, cuenta y hace bromas y siempre hace reír.

Josuke ha besado a muchos chicos. No le gustan las chicas.

No tiene en común con Okuyasu.

No es la mejor noche pues el tipo, al que llama descaradamente novio, es un idiota que no se preocupa por él, sabe que prefiere los senos grandes y las caderas anchas y, aunque él cumpla con lo segundo, simplemente prefiere al opuesto.

Enfadado se levanta y camina hacia la pista, sólo quiere divertirse y olvidar sus problemas; cierra los ojos y comienza a bailar sin darse cuenta de que con el movimiento de los demás, su cuerpo va avanzando hacia otro sitio quedando enfrente del de las cicatrices.

Okuyasu le da un trago a su bebida y se gira para seguir mirando a la multitud. Josuke abre los ojos y sus miradas chocan.
Okuyasu respira y sus ojos giran hacia otra dirección sin importancia. Está acostumbrado a que la gente se le quede viendo. Ya no le importa lo que piensen.

Josuke no aparta la vista.

Está frente a un chico sexy. Sus ojos brillan. Las luces del club son escasas a comparación de la luz cegadora que se refleja en sus ojos.
De complexión atlética, totalmente diferente a los demás, incluso él. Lo analiza de arriba a abajo, se da cuenta de las cicatrices en forma de X, se muerde el labio, los pómulos definen su rostro, vestimenta, postura, diecinueve o veinte y misma estatura igual que él tal vez.
Josuke duda por un momento sobre lo qué podría pensar el otro chico de sus acciones. No se puede acercar así de la nada y decirle -oye, me gustaste, vayamos a fuera y besémonos a la luz de la luna, después puedes darme tu número y al día siguiente te llamaré, cenemos algún día juntos y cuando menos te lo esperes, estaremos viviendo juntos en un departamento. ¿En serio imaginó todo eso en un segundo? Ni siquiera sabía si al otro le gustaban los chicos. Es un hombre valiente, puede con esto.
Le resta importancia y retoma su movimiento, sólo que ahora lo hace mientras mira al contrario; necesita ver su reacción. Necesita llamar su atención. Necesita que se de cuenta que su mirada le esta diciendo -oye, me interesas, invítame una copa.
Alza los brazos, se mueve despacio, da media vuelta y el otro posiciona sus ojos en su movimiento.

Lotería.

Okuyasu mantiene la mirada por un momento y después toma su bebida para darle un trago mientras sus ojos siguen fijos en Josuke. No sabe qué es lo que está pasando pero no quiere que se termine.
El otro comienza a moverse al ritmo de la canción y Okuyasu no puede apartar la mirada. El cuerpo del contrario es magnético, está invitándolo a unirse a su juego.
El clima del lugar se siente caliente, el corazón de Josuke late con fuerza mientras baila, Okuyasu abre la boca y suelta un suspiro, no sabe si es la temperatura del lugar o la suya la que le hace sentir más calor de lo normal, tal vez sean ambas.
Después pensó en por qué aquel estaba bailando tan cerca y no lo dejaba de mirar, aunque le gustaba, no sabía qué significaba, tal vez, el otro estaba...¿coqueteando con él sin siquiera haberse presentado? Okuyasu no sabía qué estaba pasando, estaba confundido y excitado, nadie se había parado en frente de él para mirarlo con deseo y malicia al mismo tiempo, ¿era una broma? "seguramente koichi lo planeó" pensó.
Se giró con las mejillas enrojecidas para mirar al bartender y darle el último trago a su bebida. Josuke se dio cuenta, si no se apresuraba a hablarle al otro, huiría del lugar. Conocía esa mirada, conocía también como se comportaba el cuerpo de los demás en ese aspecto.
Okuyasu se paró, pagó y le dio una última mirada a Josuke, salió del lugar sin decir nada. Josuke lo siguió, se movió rápido entre los demás y abrió la puerta.
El aire frío le pegó en la cara y en los brazos, estaba sudando, eso sería peor al día siguiente.

Okuyasu estaba caminando a paso veloz.

"¡Oye!". Le gritó.

El otro no respondió.

"Oye, me estabas viendo, llamé tu atención, háblame".

Detuvo su paso y se giró. Ahí estaba él, otra vez, tenía un peinado de los años 50's, linda ropa.

Josuke lo siguió y cuando estuvieron de frente se dio cuenta de que su descripción anterior de él había sido acertada. El tipo estaba caliente, no había otra palabra para describirlo.

"¿Esto es una broma?". Le dijo rápidamente Okuyasu.

Josuke lo miró y se río.

"¿Por qué creerías que es una broma?".

"No soy de... ya sabes... g-gustarle a alguien". Se le cortó la voz.

El otro se acercó más a él, rodeo sus brazos al rededor de su cuello.

"No es una broma. Eres lindo y creo que me enamoré de ti".

"No puedes enamorarte de alguien así de la nada".

"Yo de ti sí".

Intento besarlo.

Okuyasu lo alejó.

"Lo siento".

A Josuke se le rompió el corazón.

"Ni siquiera me has dicho tu nombre." Mencionó Okuyasu.

"Creo que mi nombre ya no importa".

Okuyasu suspiró, era difícil verlo ahora a los ojos. Eso se volvió incómodo.

"Yo, no estoy seguro si realmente me gustan los chicos". Okuyasu se frotó la nuca mientras lo miraba cabizbajo.

"Lo entiendo, no te preocupes". Le sonrió con melancolía.

¿Ahora qué? ¿Regresaría al club y vería a su novio besarse con una chica, se sentaría a su lado y pretendería que no pasó nada? Claro que sí. Todo había pasado tan rápido. Lo soltó de su agarre.

Okuyasu no lo miró, pronunció un leve adiós y empezó a caminar de vuelta.

Josuke cerró los ojos e hizo lo mismo, ya no le importaba que el viento frío rozara su cara y sus brazos porque ahora estaba sintiendo pesadez en su interior, como si con cada paso que daba se iba enterrando más en la tierra.

Después de eso, no volvió a ver al de las cicatrices.

Ahora Josuke acude todos los viernes por la noche al lugar con o sin compañía para tener suerte y volver a encontrarse con Okuyasu. No puede olvidar su mirada dulce, su voz, su timidez, su masculinidad, sus cicatrices.
Okuyasu le gustó, le encantó, lo flechó, lo provocó.

~~~~~

(Lo siguiente es lo que escribí la primera vez que publiqué esta pequeña historia, lo quise dejar porque tiene la esencia de aquella vez.

La canción que inspiró esto -Turn me on: Wet fingers).

~~~~~

pendejadas que escribo a las tres de la mañana porq no tengo vida social y tengo depresión y lo único que me hace feliz en estos momentos son estos dos siendo ellos porq bro we are teens bro ah no aki ya no, bueno no importa bro, we are teens bro🤧
aparte me encantan los fanfics de clubes y discotecas y esas madres pero soy mala escribiendo así que nose rían unu
- último jaja, se supone que la song representa el fic porq amo esa canción y me los imagino muy lindos juntos, tengo problemas ayudenme sáquenme de méxico

tobacco sunburst | josuyasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora