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38. Triste

—Phu, Phu, Winnie the Phu— decía Pond mientras daba pequeños saltitos hasta el menor —¿Sabías que Can't Help Myself es una de las obras más tristes del mundo?

Tangsakyuen baja el libro que estaba leyendo y mira curioso a Naravit.

Tener a un tipo como Pond a su lado tenía más pros que contras, por ejemplo, siempre había algo nuevo que probablemente sabría de la nada y lo primero que haría es ir con rapidez a contárselo.

Era como un niño pequeño, muy imperativo pero poco problemático.

Aunque normalmente Pond contaría todo lo que sabe porque a la larga terminaría olvidándolo, ya que es bien sabido que entre más información guardes, más fácil es olvidar todo.

Phuwin recuerda que un día Pond le dijo eso para poder argumentar el hecho de que es más probable que los empresarios sean mucho más propensos a padecer Alzheimer.

En fin.

—Can't Help Myself es una obra de Sun Yuan y Peng Yu, que fue llevada al Museo Guggenheim, que está en Nueva York porque Nueva York siempre tiene todo, incluso ratas gigantes y churros con sabor a palomitas, ¿Sabías?

—Pond, te estás desviando del tema.

—¡Cierto! Cierto— Pond hace un movimiento con la mano y continua hablando —Bueno, el tema está en que dicha obra, pese a no ser más que una máquina programada que tiene el único propósito de limpiar una habitación, causa sentimientos de tristeza y pena, pues por más que intente limpiar el desastre rojo ante sus pies, nunca podría lograrlo. Inclusive hay personas que aseguran que con cada día que pasa, el robot luce más cansado, a veces también dicen que hace movimientos que se interpretan como un llamado de ayuda.

Tangsakyuen escucha atentamente, nueva información que no le servirá de mucho, pero que de alguna forma es demasiado útil.

—Cuando ví el vídeo me dieron ganas de entrar en la habitación, decirle que se detenga y abrazarle— continúa Pond —Eso es una clara muestra de humanidad, es decir, ver sentimientos dónde no los hay y empatizar con ello es muy lindo, muy humano.

Phuwin no pierde tiempo antes de investigar un poco sobre ello.

—Wow, realmente provoca melancolía— opina el menor después de haber visto un pequeño video en YouTube.

—Exacto, es tan triste como que tú no aceptes que estás enamorado de mí.

—Qué.