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No hay mal que por bien no venga.

Ship: YuzuruxFanyu

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Aunque el ambiente en una pista de hielo es frío, esto cambia cuando los patinadores entran a escena: con sus giros, saltos y movimientos, exudan pasión y talento, y serían capaces de derretir incluso el hielo sobre el que se encuentran. Sin duda, ése es el caso de Yuzuru Hanyu, joven patinador japonés, campeón de múltiples títulos mundiales.

Un nuevo día comenzó en el TCC, Yuzuru pidió permiso a su entrenador Brian Orser de comenzar con el entrenamiento más temprano, pero el chico no mencionó qué tan temprano, así que cuando llegó, se encontró solo, precisamente lo que quería. Brian era como un padre para él, pero a veces le gustaría que le dejara más libertad para practicar el Axel cuádruple, salto que desde hacía varios meses se convirtió casi en una obsesión para él.

Sin música de fondo, Yuzuru calentó su cuerpo y realizó varios Axel triple, luego, se la adrenalina hizo su trabajo y se lanzó a intentar el codiciado salto cuádruple: realizó las rotaciones en el aire sin problema, pero el aterrizaje lo hizo caer al suelo. Repitió esto varias veces, sin darse cuenta de la presencia de Brian (oculto como un ninja), y finalmente, sucedió lo inevitable: tuvo una caída bastante desastrosa que le hizo doler el tobillo derecho, intentó levantarse, pero no lo logró, y cuando alzó la vista vio a Brian corriendo hacia él, quien le ayudó a levantarse e ir hasta la enfermería del recinto. El fisioterapeuta le hizo una evaluación inicial y finalmente decidió mandarlo al hospital para que le hicieran un diagnóstico más completo.

En poco tiempo llegaron Yuzuru y Brian al hospital designado por la administración del TCC, lo canalizaron con un doctor especialista en atletas, quien ordenó radiografías, y después se encontró con el chico japonés en un consultorio:

—Tienes un esguince en el tobillo derecho— informó el médico— debes estar en total reposo durante al menos cuatro semanas, para que baje la inflamación. Te inmovilizaremos el tobillo y también te mandaremos medicación para disminuir el dolor, la primera dosis te la aplicaremos aquí, así que llamaré a una enfermera, compermiso— salió del consultorio y detrás de él fue Brian para arreglar el papeleo correspondiente.

Yuzuru levantó la cabeza y miró el techo, preocupado. ¿Semanas de reposo? Sin duda perdería toooodo el progreso que logró en el Axel cuádruple... el desánimo se asomó enseguida en su rostro, y él volvió de su ensimismamiento en ese momento, al escuchar una dulce voz:

—Buenos días, señor Hanyu, mi nombre es Lili, estoy aquí para suministrarle la primera dosis de su tratamiento— indicó la linda enfermera que enseguida capturó la atención de Hanyu— será vía intravenosa, así que sentirá un piquete algo molesto en la mano, disculpe— le sujetó la mano con delicadeza y de una forma impresionantemente hábil logró canalizarlo de una y con la mínima molestia— eso es todo, se quedará aquí hasta que el medicamento se termine aproximadamente en una hora y podrá ir a casa— anotó algo en su bitácora, le sonrió y salió, dejando a Yuzuru embobado y contrariado.

Después de una agotadora guardia de 12 horas, Lili entró a los vestidores para cambiarse e ir a casa, no sin antes revisar las bolsas de su pijama quirúrgica, y para su desconcierto, encontró un pequeño papel con algo escrito:

"¿Te gustaría tomar algo conmigo? Puedes encontrarme en TCC.

Atte: paciente con esguince en el tobillo de las 10:30 AM.

PD: enseña la credencial que pegué a esta hoja para que te dejen pasar hasta la pista sin ningún problema".

Lili se preguntó en qué momento el "paciente de las 10:30" logró dejar esa nota en su bolsillo, y supuso que fue en el momento en que lo trasladó de la cama a la silla de ruedas. Era una forma poco usual de pedir una cita, pero al mismo tiempo le pareció encantador, y sonrió.