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Cupido.

Ship: YuzuruxJavier

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Un nuevo día comenzó en la bella ciudad de Toronto, Canadá, y los rayos del sol entraron por la ventana de la habitación de Yuzuru Hanyu, pero esta no fue la razón de que el multi campeón japonés despertara, si no el atronador sonido de su celular sonando. Aún con los ojos cerrados, el chico estiró la mano fuera de las sábanas, tomó el aparato y contestó sin ver el identificador:

—¿Queeeeeeé?

—Buenos días, bello durmiente— dijo Javi divertido al escuchar la voz adormilada de su compañero de entrenamiento— Te desvelaste jugando con Shoma, ¿verdad?

—¿Qué pasa?

—Arréglate para salir, es fin de semana y vamos a pasear por la ciudad— ordenó el español

—¿Y quién dice que quiero salir contigo hoy? — escupió, algo molesto porque lo despertó de forma tan imprevista

—Yo sé que quieres que salgamos, ¡anda! Te llevaré algo para que desayunes y luego nos vamos

—Ya qué— continuó con su berrinche, lo cual a Javi le pareció adorable

—Te veo en 40 minutos, byeeee

Con mucho trabajo, Yuzuru salió de la cama para ducharse y vestirse, y terminó el proceso justo a tiempo para recibir a Javi, quien le sonrió radiante cuando entró. Desayunaron juntos la comida japonesa que el español compró y luego, con un Yuzuru completamente cambiado de humor, los dos bajaron al estacionamiento y recorrieron las calles de la ciudad, escuchando música y conversando un poco sobre los entrenamientos y otras cosas hasta que llegaron a su destino: The Power Plant Contemporary Art Gallery, lo cual resultó completamente extraño para Yuzuru, pues en los años conviviendo con Javi, sus salidas no incluyeron antes galería de arte

—Ya sé que no es algo común que salgamos a pasear a un museo— se apresuró a aclarar al ver el rostro confundido de Yuzuru— solo me pareció una buena idea, pero si no quieres entrar podemos ir a otro lado

—¿Entonces no hay una razón en específico para venir aquí?

—No, solo se me ocurrió

—Bueno, creo que es una idea interesante, vamos— concedió, y los dos amigos entraron al recinto.

Recorrieron los pasillos del lugar con gran entusiasmo, comentando lo que veían plasmado en las pinturas y esculturas, rieron con algunas y se intrigaron con otras tantas y así llegaron hasta la última sala de la galería, en donde, según la placa informativa, exhibían obras de artistas emergentes. Continuaron analizando y comentando sus opiniones hasta que llegaron a una pintura bastante particular que los sorprendió al grado de dejarlos sin palabras: frente a ellos vieron sus propios rostros, plasmados bellamente con colores pastel, pero eso no fue lo que los dejó mudos, si no la posición en la que fueron pintados... Estaban muy cerca el uno del otro, mirándose con deseo ardiente y a punto de... ¡BESARSE!

Yuzuru sintió el rubor acumulándose en las mejillas y no encontró el valor de mirar a Javi, de haberlo hecho se habría dado cuenta de que él también estaba colorado hasta las orejas, sin poder dejar de mirar la escena ofrecida por la obra. Pasaron casi un minuto en silencio hasta que una voz nueva les hizo reaccionar:

—Y, ¿qué opinan? — los chicos voltearon para mirar a la persona

—Ah, pues... está muy linda la pintura— comentó Javi, aún avergonzado

—¿Qué es lo que más te gusta? — preguntó esta vez Yuzuru, con un hilo de voz

—Pues, bueno... los colores están bonitos y... creo que las expresiones son muy realistas, es un escenario utópico y...