Tommy nació de un matrimonio difícil, su madre dejo a su padre cuando era muy joven y lo separo de él y su hermano mayor.
Tommy tiene dificultades para ser un niño en una casa donde todos parecen odiarlo.
O, la historia de como el autor usa a c!To...
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Tommy buscaba una forma de calmar su dolor, trataba de encontrar como hacer que todo dejara de doler, buscaba, rogaba, rezaba.
Tommy no era religioso, pero su padre y madre lo eran (o al menos antes de que ella lo engañará, golpeara, maltratara y se fuera) y en algún momento su padre empezó a enseñarle sobre la biblia y Dios. Tommy no lo entendió al principio, pero era divertido.
Luego creerás y entenderás.
Su padre le dijo que orara cuando estuviera mal, que Dios lo ayudaría.
Tommy tenía amigas en su escuela, niñas agradables y algún que otro niño, pero le agradaban más las niñas. Había una niña especial, más madura, más rota que las demás, ella le susurraba palabras de aliento y lo hacía sentir bien.
Así que Tommy recurrió a ella para sentirse mejor, después de todo, ambos eran hijos de un matrimonio roto.
La niña le dijo que la mejor forma de desahogarte es haciéndote daño físico.
Tommy le pregunto "¿Cómo lo hago?"
La niña le mostró un sacapuntas, lo tiró al suelo, lo piso y le entrego la cuchilla.
Tommy llegó a la casa con una cuchilla guardada en su mochila.
Tommy tenía 10.
Tommy entro al baño cuando todos dormían en la noche.
Tommy agarró la cuchilla en sus manos y la paso lentamente por su muñeca, fue despacio y superficial, dejo un pequeño rasguño... Pero no fue suficiente, no, claro que no lo fue. Agarró con más fuerza y la enterró en su piel, dolió y sangro, paso de modo lento, varias veces, rasguños notorios.
Tommy sonrió y lloró.
"Se siente tan bien"
Tommy limpió los cortes con cuidado, los envolvió con papel de baño y se puso un guante.
Tommy salió del baño con ojos rojos y una pequeña sonrisa.
Obviamente, no fue la última vez, pero su Madre lo encontró y lloro, le dijo que la perdonará por ser una mala madre, por no merecerlo, le hizo prometer que jamás lo volvería a hacer.
Tommy cumplió su promesa.
Pero Mamá solo hablo de cortes, no dijo nada sobre los golpes y torceduras.
Tommy se golpeaba, se mataba de hambre, caminaba de forma peligrosa para hacer doler sus pies, golpeaba su cabeza contra los muros, se mordía y tiraba.
Tommy se dañaba de todas los modos que encontraba.
Tommy se sentía mejor.
El dolor en su pecho ya no era tan grande, su cuerpo dolía más.
Hasta ese día.
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