↬ Capítulo ;; 02 •°

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Abría sus ojos lentamente, sintiendo un dolor de cabeza increíble a su vez que estaba tirado sobre el suelo.

–Mi cabeza por Dios–

Frente a él había una fuente con una estatua de sirena, confundido, comenzó a ver a todas direcciones.

–¿Dónde estoy?, ¿Dess, Pato?–

Un rayo cayó a un lado, pegándole un susto y haciéndolo colocarse de pie casi al instante.

Rápidamente volteó, mirando el suelo que tenía la marca del impacto.

–Pero- –

Otro rato cayó en el mismo sitio, haciendo a Focus retroceder antes de salir herido.

Parpadeó un par de veces, ¿Era él o un cofre acababa de aparecer ahí?

Con cautela, se acercó para abrirlo, mirando un libro en su interior que llevaba su nombre en la tapa con una letra muy bonita.

Confundido y desorientado por haber aparecido en un lugar distinto a dónde estaba, no ver a sus amigos, y el cofre que apareció de la nada con dos impactos de rayo, tomó el libro para abrirlo con algo de desconfianza.

¡Disfruta de tu nuevo hogar en pueblo uno! Apartir de ahora has sido tomado bajo la protección y bendición que solo se les da a los habitantes de TortillaLand.

Atte: Los Dioses.

Dios encargado del pueblo uno:
Heberon.

Firma éste libro para recibir tu comunicador.

Al terminar de leer, se quedó mirando hacia una oveja que pasaba por ahí más que confundido, con duda firmó como decía el libro, desapareciendo de sus manos y en lugar del libro quedar lo que debería ser el comunicador mencionado.

–Pero- –

Un sonido proveniente de éste lo hizo mirar curioso que era.

Mensaje privado
[Heberon-> tú]: ¡Bienvenido a TortillaLand! Si quieres comunicarte con tus amigos debes utilizar el apartado de mensajes privados, te deseo un buen día Focus.

[•••]

Focus después de estar varios minutos escribiendose con Pato y Dess y saber que estaban bien, comenzó a curiosear por el centro del pueblo, mirando desde el faro hasta la comisaría, mirando cómo había una especie de santuario sobre una montaña al seguir un camino con arbustos a sus lados.

–Que raro–

Habló para si mismo, mirando las escaleras que estaban pintadas de colores.

–¿Hola?–

El cuervo volteó hacia aquella voz, encontrándose con una chica de cabello largo y rosa, notándose un par de escamas en sus mejillas y hombros.

–He, hola buenas–

Saludó de manera un poco tímida.

–¡Debes ser Focus! ¿Cierto?–

El cuervo la miró sorprendido, asintiendo un poco.

–Si, ¿Cómo lo sabes?–

Dijo mirándolo con desconfianza, recibiendo una risa nerviosa de la chica.

–No me mires así, los dioses comunicaron que llegaría alguien nuevo en cada pueblo, ¡Ah!, por cierto, ¡Soy Nia! Una sirena–

Explicó y se presentó, extendiéndole su mano al híbrido de cuervo.

Nuevo Hogar-FarcusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora