28. La ejecución

113 15 0
                                    

A medida que se aproximaba junio, los días se volvieron menos nublados y más calurosos, y lo que a todo el mundo le apetecía era pasear por los terrenos del colegio y dejarse caer en la hierba, con grandes cantidades de zumo de calabaza bien frío, o tal vez jugando una partida improvisada de gobstones, o viendo los fantásticos movimientos del calamar gigante por la superficie del lago.

Pero no podíamos hacerlo. Los exámenes se echaban encima y, en lugar de holgazanear, los estudiantes teníamos que permanecer dentro del castillo haciendo enormes esfuerzos por concentrarnos mientras por las ventanas entraban tentadoras ráfagas de aire estival. Incluso se había visto trabajar a Fred y a George; que estaban a punto de obtener el TIMO. Percy se preparaba para el ÉXTASIS, y se ponía cada vez más nervioso y castigaba muy severamente a cualquiera que interrumpiera por las tardes el silencio de la sala común. De hecho, la única persona que parecía estar más nerviosa que Percy era Hermione. Pronto había llegado el calendario de exámenes

LUNES

9 en punto: Estudios Muggles

9 en punto: Transformaciones

Comida

1 en punto: Encantamientos

1 en punto: Aritmancia

—¿Hermione? —dijo Ron con cautela—. Eeeh... ¿estás segura de que has copiado bien el calendario de exámenes?

—¿Qué? —dijo Hermione bruscamente, cogiendo el calendario y observándolo—. Claro que lo he copiado bien.

—¿Serviría de algo preguntarte cómo vas a hacer dos exámenes a la vez? —le dijo Harry.

—No —respondió Hermione lacónicamente—. ¿Habéis visto mi ejemplar de Numerología y gramática?

—Sí, lo cogí para leer en la cama —dijo Ron en voz muy baja.

—¿Tu lees en la cama? —le pregunté sorprendida

Hermione empezó a revolver entre montañas de pergaminos en busca del libro. Entonces se oyó un leve roce en la ventana. Hedwig entró aleteando, con un sobre fuertemente atenazado en el pico.

—Es de Hagrid —dijo Harry, abriendo el sobre—. La apelación de Buckbeak se ha fijado para el día 6.

—Es el día que terminamos los exámenes —observó Hermione, que seguía buscando el libro de Aritmancia.

—Y tendrá lugar aquí. Vendrá alguien del Ministerio de Magia y un verdugo —dije acercándome a leer la nota

Hermione levantó la vista, sobresaltada.

—¡Traen a un verdugo a la sesión de apelación! Es como si ya estuviera decidido.

—Sí, eso parece —dijo Harry pensativo.

—¡No pueden hacerlo! —gritó Ron—. ¡He pasado años leyendo cosas para su defensa! ¡No pueden pasarlo todo por alto!

Comenzó la semana de exámenes y el castillo se sumió en un inusitado silencio. Los alumnos de tercero salimos del examen de Transformaciones el lunes a la hora de la comida, agotados y lívidos, comparando lo que habíamos hecho y quejándonos de la dificultad de los ejercicios, consistentes en transformar una tetera en tortuga. Hermione irritó a todos porque juraba que su tortuga era mucho más galápago.

—La mía tenía un pitorro en vez de cola. ¡Qué pesadilla...!

—¿Las tortugas echan vapor por la boca?

—La mía seguía teniendo un sauce dibujado en el caparazón. ¿Creéis que me quitarán puntos?

Después de una comida apresurada, volvimos a subir para el examen de Encantamientos. Hermione había tenido razón: el profesor Flitwick puso en el examen los encantamientos estimulantes. Pero, por suerte, para mi fueron sencillos, y la verdad es que no tuve demasiados problemas en el examen.

HOPE: MISTERIOS DE DOS MUNDOS. (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora