ᨳㅤֶ֢ ㅤ۫ 𝐇𝐞𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫 ᵎ

𓏲 🍄﹕𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥 ˒˒

En términos básico, fue una mierda intentar entrar a la casa de los Yoon, luego de que ellos se negaran a dejarlos pasar, pues SeungKwan sin quererlo, había puesto en sobre aviso a JeongHan al preguntarle de forma no tan casual si podían ir todos a su casa en ese mismo momento, a lo que obviamente, el rubio se negó, poniendo como excusa que dormiría un poco. Todos sabían que no lo haría, sabían que se estaba negando porque debía estar llorando en lo profundo de su habitación, reprochándose por su actuar en la fiesta y sintiéndose miserable, por eso no había accedido hablar con ninguno de sus demás amigos.

Sin embargo, para Joshua no parecía una opción sólo dejarlo así.

─ Señora Yoon, por favor. ─insistió, uniendo sus manos al frente─ JeongHan debió hablarlo con usted, pero déjeme arreglarlo, por favor.

─ JeongHan quiere estar solo ahora, cariño, ¿Cómo podrías arreglar eso? ─inquirió la delgada mujer, dejando una pequeña caricias sobre la piel suave de Joshua.

─ También quiero saberlo. ─bufó SeungKwan.

─ Sólo será un momento, estoy suplicándoselo. 

La mujer aún algo insegura observó a los demás chicos tras Joshua, todos no dejaban de pedirle por medio de miradas que los dejara pasar, algunas uniendo sus manos, otros haciendo exagerados pucheros y finalmente otro intentando convencerla por medio de sonrisas. Fue imposible negarse, así que los dejó pasar bajo la condición de que si JeongHan les pedía irse, ellos debían hacerlo, todos estuvieron de acuerdo, así como también lo estuvieron cuando el primero en subir fue Joshua. 

A la señora Yoon no le dio tiempo siquiera de pedirle que no corriera cuando el chico ya había desaparecido de allí, dejándola en compañía de los demás que no tardaron en acomodarse en la sala, todos luciendo verdaderamente exhaustos. Por otro lado, Joshua se sintió malditamente nervioso una vez se vio a sí mismo de pie frente aquella puerta que tan bien conocía, era su momento de hablar con JeongHan, de explicarle las razones por las que revivía cada que veía sus sonrisas y el montón de mariposas que creaba en su estómago con cualquier simple gesto. 

Sus manos estaban sudando y sus latidos eran completamente un caos, pero aún así se atrevió a girar aquel pomo, adentrándose a la ordenada y bonita habitación del rubio, todo parecía estar en silencio, por lo que Joshua se aventuró más y entró por completo, notando que no habían rastros de él por ningún lado allí, sin embargo, tan pronto como su mirada se movió por el lugar, lo vio en ese pequeño balcón con aquel peluche que en alguna ocasión ganó para él, mirando de forma distraída a la nada y balceando su cuerpo de un lado al otro, mientras se mantenía sentado sobre aquel suelo. El clima era frío, Joshua no se explicaba cómo alguien tan friolento como JeongHan estaba afuera sin tener algo más que aquella camisa holgada. 

Tomó una de las sábanas que se mantenían dobladas en la parte inferior de la cama y suspiró con fuerza, había llegado el momento. ¿Desde cuándo Joshua se había empezado a sentir atraído por JeongHan? Desde siempre, bastó sólo con el primer saludo para que cayera postrado ante sus pies, fue sólo cuestión de sonrisas para que deseara darle todo lo que tenía y carajo, era vergonzoso, pero JeongHan sólo necesitó uno de esos adorables rubores en sus mejillas para que Joshua empezara a desear como nada nunca, besarlo.