6 de diciembre, 2019.
Alessia
Realmente mi grupo es bastante tranquilo, es decir, salimos constantemente a tomar cervezas de forma relajada o a comer en las noches a algún lindo lugar, pero no somos de aquellos que todos comparan con jóvenes fiesteros y pandilleros. Asistimos a algunas fiestas a las que nos invitan, pero solemos hacer muy pocas fiestas propias.
Es por eso que sé que esta noche habrá mucha gente, ya que ellos saben que al menos para nosotros, es una ocasión especial. Aunque dudo mucho que eso les importe a ellos, solo vienen porque tienen la oportunidad de ahogarse en alcohol, lo cual no es grosero.
Llego a casa de Cherry que es donde hemos planeado la fiesta que comenzará en aproximadamente dos horas y los guardias me reconocen rápidamente, dejándome pasar de inmediato sin necesidad de mostrar la invitación. Esto de ser amiga de un cantante famosillo es un poco loco.
Lo primero que encuentro al entrar son globos dorados y otros blancos por toda la casa, cervezas por todos los lugares posibles en forma de rack como en el billar, hay aperitivos en todas las mesas y muebles disponibles lo cual es un alivio y el verdadero paraíso para quienes no han ingerido nada en muchas horas, como yo.
Habíamos llegado a un acuerdo y entre nosotros lo organizaríamos todo, en total somos cinco; Sasha, Cherry —quien en verdad se llamaba Francesca, pero por su origen europeo, le decíamos Cherry—, Luca, Dean y, por último, yo. Hoy tenía ensayo en el auditorio ya que mañana tenía que presentarme a hacer unas grabaciones, así que este ultimo, como un buen mejor amigo, se ofreció a hacer mi parte del trabajo.
La verdad, aunque suene feo, él siempre ha sido mi favorito de todos mis amigos, está constantemente pendiente de mí y yo de él. Nos cuidamos mutuamente y nunca, pero nunca, nos ocultamos cosas. Somos mejores amigos desde que tengo catorce y estoy muy feliz de conservarlo aún ahora que tengo dieciocho.
Okey, eso sonó como si hablara de un cachorro.
Estiro mi mano para tomar un puñado de doritos justo cuando oigo las voces de mis amigos. Me volteo en la dirección de donde se escuchan pasos y antes de que mi mano siquiera llegue a los doritos que están sobre la mesa, los brazos de Dean rodean mis hombros separándome de ellos. Me observa fijamente para luego girarme en su dirección y tomarme de las caderas.
—No, señorita, usted debe comer algo decente si va a beber esta noche —besa mi frente y habla susurrante —: en la despensa escondí un apetecible plato de comida china, corre antes de que ellos te sigan y te lo quiten todo.
Beso su mejilla a modo de saludo y le agradezco en un susurro. Me alejo de ellos sonriendo de manera cómplice junto a Dean mientras que los demás nos miran sospechosamente, mi pelinegro mejor amigo se percata de eso y rápidamente los distrae con órdenes para seguir preparándolo todo. Voy sacando la caja con comida china de la despensa y la dejo sobre la mesa en cuanto me pongo a preparar una taza de café.
Estoy tomando mi primer sorbo cuando siento pisadas en la entrada de la cocina, todas las miradas, exceptuando la de Dean, se quedan fijas en mi comida. Alrededor de treinta segundos nadie en la cocina se mueve hasta que el pelinegro se acerca lentamente a mí, ubicándose atrás mío en el momento preciso que, con un movimiento rápido, dejo la taza de café caliente en la mesa y me alejo a trompicones de allí segundos antes de que mis amigos ataquen lo último que tengo para cenar.
Unos brazos me rodean firme y rápidamente atrayéndome hacia un pecho bastante ejercitado. Un aroma a menta me rodea en el momento que aspiro una bocanada de aire.
—Te tengo —escucho su voz detrás de mí, algo seria —. Juro que pateare el trasero de Luca por tirarse a lo bruto sabiendo que tu estabas ahí con un café caliente.
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Lo que nos une
Teen FictionDicen que los más grandes amores pasaron por pruebas difíciles, pero, ¿Cómo saber a ciencia cierta, si todos los amores están dispuestos a perdurar con todos esos obstáculos? ¿Podrá un loco amorío juvenil ser uno de esos amores que marcan y perduran...