Capitulo dos

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Dicen que hay veces en las que repetimos tantas veces algo, que se nos queda grabado y al final terminamos pensando de esa forma. Intenté durante meses repetirme que la decisión que había tomado estaba bien, para así no tener dudas al respecto, pero aquel vacío no se iba.

Entonces simplemente me sentaba a llorar, y realmente me sentía una basura por aquello, porque le lloraba a una perdida que no era realmente definitiva, creo que eso era lo que dolía más. Cualquiera pensaría que yo hablaba de que alguien cercano a mi había muerto, pero no era así, había sido mi culpa, un error, lo había perdido por mis propias acciones y creo que eso es lo que lo hacía peor.

Tocaba asumir que aquella persona seguía viviendo, pero sin mí, logrando llenarme de rencor hacia mí misma, porque sufría una perdida de quien ahora sería un completo extraño, alguien que en un pasado fue quien más me conocía.

7 de diciembre, 2019

—No debería haber bebido tanto —refunfuño maldiciendo mientras me preparo un café a modo de desayuno y almuerzo.

—Tienes razón, nadie debería haberlo hecho, era una celebración por lo de hoy, pero nunca pensamos que se descontrolaría tanto —contesta Dean antes de bostezar —. Ahora todos tenemos resaca y los demás estarán un poco hastiados en el ensayo, antes de tu audición.

—¿Tu no? —pregunto, aunque en realidad, quiero preguntar otra cosa. Respiro hondamente, un poco temerosa por la respuesta luego de lo qué pasó anoche. Me ordeno hablar —: ¿No vendrás?

Dean se voltea hacia mi lentamente y una perezosa, pero linda sonrisa, se despliega por su rostro.

—En realidad, me refería a que tú nunca me causarías dolor de cabeza. Cuando te veo tocar y cantar, simplemente...

Nuestras miradas conectan cuando lo que sea que iba a decir muere en su boca sin saber si seguir o no. Mis mejillas se tornan rojizas al mantener este intercambio de miradas, a veces, me aterran estas interacciones, siento que él puede ver más allá de mis ojos y eso es peligroso.

Mejores amigos, recuerdo. Eso somos y nada más.

Realmente, luego de los sucesos que logro recordar de la noche anterior, estaba un poco temerosa de que las cosas se volvieran incomodas esta mañana, pero nada en él se ve incomodo, casi como si no recordara nada. Lo cual logra quitar un peso de mis hombros, pero no el nudo horriblemente asfixiante que siento en la garganta por las ganas de pedirle una explicación sobre nosotros.

—E-eso quiere decir que te veré allí —afirmo asintiendo lentamente, aunque suena más como pregunta.

—Siempre —sonríe mirando directamente a mis ojos.

Dean, Sasha y Cherry deciden irse todos en el descapotable de la segunda, ya que Luca y yo nos iremos ahora mismo, puesto que él tiene que hacer no sé qué y yo debo ir a preparar todo. Dean se acerca con nosotros al jeep y nos ofrece dos botellas de agua que acepto con gusto, las necesitamos.

—Te veré en unos cuantos minutos —susurra el pelinegro, inclinando su cabeza hasta estar un poco a mi altura —. Lo harás bien, estoy seguro porque siempre lo haces. Tienes talento. No pienses demasiado en esto, sé que sueles hacerlo antes de una presentación, creas inseguridades en ti misma.

Asiento con mis ojos llenos de lágrimas porque sus palabras tienen impacto en mí y hacen que una calidez acogedora se expanda en mi corazón. Me calman. Él lo hace, siempre.

—Gracias por creer en mi —devuelvo en un susurro antes de acortar la poca distancia y pasar mis brazos alrededor de su cintura.

Me devuelve el abrazo hasta que finalmente me suelto, porque sé que, de otra forma, no me alejaría por su propia cuenta. Entro al jeep y le hago señas con una mano, a la cual responde tirando un beso.

Lo que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora