-Sunghoon, ¿viste donde dejé mi osito?
-Aquí tienes tu osito, darling
-Gracias estaba más asustado que no lo tuviera- ...oh
Jake no quieren que descubran su secreto, lamentablemente el primo de su mejor amigo lo descubrió y tiene reglas para que no...
–Give me that, now. (Dame eso, ahora.) –Dijo Jake serio quedando frente a Jay.
–What's the rush? It's just a teddy bear. (¿Cuál es el apuro? es solo un oso de peluche.) –respondió Jay con burla.
–I'm not jokking, Jay. Give me the teddy bear before I call Sunghoon. (No estoy bromeando, dame al oso de peluche antes de que llame a Sunghoon.) –Intentó quitarle el peluche pero no lo logró.
–If you don't want your crush to know that you sleep with this is it's better not to do so, right? (Si no quieres que tu crush sepa que duermes con esto es mejor no hacerlo, ¿verdad?)
Guardó silenció y retrocedió dos pasos. Había tocado su punto débil.
–Good boy, let's go to the school and talk there. (Buen chico, ahora vamos a la escuela y hablamos ahí.) –acarició la cabeza como si fuera un cachorro haciéndolo enojar más apretando sus puños.
Guardó el oso en su mochila y bajó con el rubio detrás de él.
Sunghoon estaba en su celular esperándolos sentado en el sillón mientras veía la redes sociales.
–¿Todo bien? –preguntó el mayor de estatura.
–Sip –Jake hizo una sonrisa falsa.– vamos rápido que no quiero perder la micro.
–No es necesario que tomes micro, yo los llevo en mi auto. –tomó las llaves y salió de la casa de su primo.
Ante de que Jake saliera Sunghoon tomó su hombro, haciendo girar la cabeza al rubio.
–Los escuché hablar en inglés allá arriba, ¿te hizo algo otra vez Jay?
Jake estaba en aprietos. No sabía si era buena idea contarle a su amigo que su primo tenía el oso de su hermana que aún no podía dormir sin él. Tampoco quería si le contaba a Sunghoon este rete a Jay y este le diga a Heeseung que duerme con un oso de peluche.
Nadie sabía lo del oso además de Sunghoon y ahora Jay, quien no sabía como haría para que se lo devolviera.
Nunca se mentían entre los dos. Pero esto era una emergencia.
–Ya sabes como es tu primo, con sus piropos raros. Como dijiste, solamente lo ignoré. –mintió.– Vamos, que Jay nos está esperando.
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