Two

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—Wooyoung! —Llamó San mientras seguía acostado boca arriba en la cama que aún no habían ordenado, las sábanas blancas estaban caídas y ni hablar de las almohadas que estaban repartidas por todo el suelo.

—¿Qué sucede? —Wooyoung se asomó por la puerta, estaba con su camisa a medio abrochar y con el pelo aún desordenado, había salido del baño solo por el llamado de su nombre.

—Me duele. —Dijo demasiado serio mientras se daba vuelta en la cama gigante para poder mirarlo directamente.

Wooyoung tuvo una vista perfecta del cuerpo a medio vestir de San, la luz del medio día le llegaba justo a toda la espalda y un poco el pelo resaltando sus pocos cabellos rojos.

—¿Qué te duele? —Woo terminó entrando a la habitación para sentarse a su lado y verificar que su novio estuviera bien.

—Aquí. —Con su dedo apuntó sus labios y los estiro antes de sonreír como un niño pequeño.

Wooyoung sonrió y negó, adoraba que sus novios fueran tan caprichosos y consentidos.

Se recostó en la cama y tiró del brazo contrario para acercarlo, vio como San no perdió tiempo y se acomodó cerca de él, acarició sus mejillas, luego su pelo delicadamente, dio un beso en su frente y luego en su nariz.

—Tranquilo ya pasará. —Acarició sus labios con su dedo pulgar burlándose mientras trataba de esconder su sonrisa, San estiró los labios esperando el beso que no llegó.

—Necesito cariño para que se me pase. —Wooyoung soltó una carcajada por la ocurrencia.

Se acercó para besarlo, fue suave moviendo sus labios de manera lenta y pausada, San soltó un suspiro gustoso dejándose hacer, el cuello comenzó a molestarle así que se terminó sentando arriba de Wooyoung para poder estar más cómodo.

—Tenemos que hablar con Yeosang. —Dijo San acomodando bien su trasero en las caderas contrarias.

—Lo sé, estoy pensado en que decirle para convencerlo, no creo que le guste la idea de venirse solo y que tu no estés aquí. —Wooyoung estaba bastante preocupado, no sabía bien qué hacer con la madre del rubio, la mujer era una persona a la cual temer.

—Nunca hemos tenido problemas con la confianza así que no creo que ahora sea diferente, además nos veremos todos los días como siempre. —San dijo mientras miraba a la pared pensando en las palabras que usaría para convencer a Yeo, si alguien podía hacerlo cambiar de opinión era él.

—Tienes razón, además si lo sacamos de esa casa podrá trabajar, algo que quiere hace bastante tiempo y no quiero que se frustre por no poder hacer algo tan cotidiano. —Wooyoung habló mientras sus manos acariciaban las piernas flexionadas de san.

—Bien, hablaré yo con él, siempre me escucha más a mí que a ti. —San se inclinó y dejó un corto beso en los labios del contrario.

—Bien. —Wooyoung dio otro beso.

De a poco los besos superficiales se hicieron un poco más profundos, se besaron largo y lento usando sus lenguas para recorrer la boca contraria mientras paseaban sus manos por sus cuerpos, sus mentes se apagaron porque la cercanía les encantaba simplemente se perdían en el otro.

Los encuentros sexuales entre los tres nunca fueron exclusivos, tenían la libertad de tener sexo entre dos y no tener problemas, porque eso no definía si alguno quería más a otro.

Wooyoung movió sus caderas solo un poco invitando a San a seguirle el juego, de apoco los movimientos se hicieron constantes y tranquilos como si tuvieran todo el día para estar con el otro, disfrutaban la intimidad y la leve tortura que era no poder tocarse directamente gracias a la ropa.

Only One Memory "WooSangSan"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora