¿Qué hubiese pasado si después de que Lum mal interpretará la propuesta de matrimonio de Ataru, hubiese cumplido con su palabra y se lo hubiese llevado al planeta Oniboshi? ¿Cómo hubiese sido las cosas en la relación de Lum y Ataru?
*Los personajes...
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La nave oni estaba hecho un caos debido a que cierto humano se había escapado de las garras de su futura esposa, y solo estaba causando problemas mientras intentaba buscar la forma de escaparse.
—¡Deja de correr de una vez! —Dijo un guardia.
—¡No podrás escapar de este lugar! —Exclamó otro.
Ataru estaba respirando agitado mientras se escondía de aquellos guardias, debía escapar, pero no sabía cómo, todo era muy complicado.
—¿Aún no lo encuentran? —Escuchó la voz de Lum, Ataru se puso tenso al escucharla tan cerca.
—N-No princesa Lum, estamos aún en eso —Respondió uno de los guardias con algo de temor al ver a la oni bastante enojada.
—¡Pues dense prisa en encontrarlo! —Ordenó y todos de inmediato continuaron con su búsqueda.
Ataru suspiró al ver que aquellos guardias junto con Lum habían desaparecido, pero lo que no esperaba es que uno de esos guardias lo había escuchado suspirar. El se acercó sigilosamente hacia Ataru y antes de que este pudiese hacer algo, fue golpeado en la cabeza para dejarlo inconsciente.
—¡Hey, vengan aquí, lo he encontrado! —Exclamó el guardia.
Ataru veía todo borroso, sentía como perdía fuerza y como poco a poco se desmayaba por completo. Los guardias lo agarraron y fue llevado directamente hacia el Sr. Invader y a su hija Lum. Estos al cumplir con su deber de entregar al humano y futuro esposo de la princesa Lum, se fueron a tomar sus lugares correspondientes.
—Será mejor amarrarlo hija, no vaya ser que intente escapar nuevamente —Sugirió el gran oni.
—Ya que sugieres eso, ¿no sería bueno colocarle los cuernos provisionales?, ¿ya ordenaste hacer los cuernos que lo convertirán en oni de forma definitivamente? —Preguntó Lum.
—Si hija mía, ya los médicos están en ello, ¿estás segura que debemos colocárselos una vez se case contigo? —Preguntó esta vez el Sr. Invader.
—Si papá, es un humano después de todo, primero debe adaptarse a su nueva vida y su nuevo entorno —Dijo Lum viendo con una sonrisa al humano que se encontraba desmayado.
Era guapo, tenía que admitirlo, y aquella determinación que tuvo al competir con ella le había parecido bastante sexy, que le haya propuesto matrimonio era una sorpresa para ella, aun si según el, "todo era un mal entendido", se acercó a verlo de cerca, era... Bastante diferente a los hombres que había conocido de su raza, o a los dioses de la fortuna, incluyendo las miles de vidas que ha conocido. Era único. Era un buen partido para ella como futuro esposo. Su padre interrumpió sus pensamientos al traer consigo los cuernos provisionales, que colocó en la cabeza de su ahora tesoro.
—Ahora sólo debemos esperar a que se levante, por suerte, ya estamos por llegar a nuestro planeta —Recalcó el Sr. Invader.
Pasado los minutos, la nave finalmente estaba empezando a aterrizar en un planeta naranja con rayas negras, por orden del padre de Lum, Ataru fue llevado hasta el palacio donde por petición de Lum, sería llevado a su cuarto.
