Tal vez, exageras, Jin Ling.

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El tiempo no pasa por las montañas de El receso de las Nubes, es como si estuviera suspendido en un eterno y tranquilo momento. Apenas si se escuchan los pasos de los discípulos patrullar los pasillos o yendo a sus clases con el siempre estoico Lan Qiren y el sonido de las notas de un guqin se confunden con el susurro del viento.

La paz era un regalo de esa secta de colores claros, tan frágil que sólo se podría necesitar del sonido de un alfiler caer para interrumpir tal paz; o tal vez, una peonía angustiada que corría cual huracán a las residencias privadas de la familia principal.

— ¡Wei Wuxian!

Y ahí se rompía la quietud de El Receso de las Nubes, y de Lan Qiren.

Jin Ling nunca llama al Patriarca de Yilling primero cuando está en problemas, y ese es un hecho que todos saben, que el ahora Líder de Lanling Jin es un imán para los problemas. También saben que con el pasar del tiempo su relación ha mejorado. Ya no hay malos entendidos que envenenan el alma y el corazón del joven líder;  pero los viejos hábitos y cariños son difíciles de dejar atrás, y saben que Jin Ling sólo tiene a alguien a quien recurrir,  en quien confiar.

Por lo que, escucharlo pedir la ayuda del hombre que, sin quererlo en realidad, causó la muerte de sus padres (ay, chismes, supérenlo), encendió las alarmas y paró las orejas de los disimulados amantes del chisme discípulos Lan. 

— ¡Wei Wuxian! ¡Mi jiujiu está en problemas!

Y en efecto, Jin Ling jamás llamaría con tanta angustia a la vieja oveja negra de su familia si no fuera porque su casi papá estuviera en dificultades... o muerto. Por otro lado, Wei Wuxian se quedó con la burla en la punta de la lengua y se paró cual resorte con la única razón de interrogar a su joven sobrino, quien sólo lanzó palabras inconexas por la falta del aire al haber corrido desde la entrada principal de la secta hasta el jingshi y por el estrés que se le había acumulado.

— ¡Se están robando a mi jiujiu!

Se roban a Jiang Cheng...

Y si, Wei Wuxian debió haberse detenido a pensar en lo ridículo que sonaba su sobrino, porque vamos, eso sonaba hasta como misión suicida considerando quien era la víctima en cuestión; pero el pensar antes de actuar no era el estilo de Wei Wuxian (¡Estilo!); así que, sólo tomó el brazo de Jin Ling para salir corriendo de Gusu Lan. Ignoró a Lan Wangji llamándolo, porque sabía que de igual manera ese hombre le seguiría; de todos modos tenía que hacerlo, no había forma que Wei Wuxian pudiese elevar una espada tan siquiera unos metros con el pobre núcleo a medio desarrollar de Mo Xuanyu, aunque estuviesen haciendo la tarea todos los días de fortalecerlo aporreando la mesita de té una y otra vez... es decir, con cultivo dual.

De cualquier manera,no pasó mucho tiempo para que, desde que Jin Ling hubiese gritado a los cuatro vientos que el líder Jiang estaba en peligro, todo el acontecimiento se supiera por los rincones de la secta Lan, hasta los ancianos se habían levantado de su meditación de medio día para recriminar el escándalo y comentar el posible nuevo problema del mundo de la cultivación. Pero nada fue más sorprendente que ver una puerta siendo abierta por primera vez desde hace un año.

El sol de medio día despidió al trío de Gusu Lan y el atardecer rojo de Yunmeng los saludó, dando a entender que la velocidad con la que habían viajado había superado, por lo menos, los límites seguros de vuelo en espada, y Jin Ling se habría preguntado cómo la apariencia de Lan Wangji seguía tan prístina e impoluta después de haber volado a una velocidad casi suicida, si cuando él bajó de la espada tenía cabellos pegados a su boca y frente... pero lo que capturó su atención y lo dejó sorprendido, a todos en realidad, fue ver a  Lan Xichen descender junto con ellos en el muelle de Yunmneng Jiang, ni siquiera se habían dado cuenta que los había seguido. De cualquier manera eso no importaba.

¡SOCORRO! ¡AUXILIO! ¡SE ROBAN A MI TÍO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora