19 días y 500 noches de Joaquín Sabina.
Lamento la tardanza, “Historias de noche” está de vuelta con un nuevo episodio. Disfrútenlo.
Forbidden Kiss.
Él sabía que es un pecado. Algo prohibido para él. Ella es su nueva hermana, después de todo. Y todo lo que es parte de su familia está prohibido tocar de forma tan pecaminosa tal como él anhela hacerlo. Él lo sabe. Y no le importó.
Él momento en el cual ella volvió en tal estado, a causa de la espada del príncipe heredero, algo en él estalló en una furia jamás experimentada por su joven cuerpo. Él quería destruir al hombre que se atrevió a lastimar a su pequeña hermana. Pero el mayordomo lo detuvo y logró calmar sus sentimientos en gran medida. Pero todo en él volvió a estallar en tanto ella pronunció con tanto esmero las palabras que jamás quiso escuchar y, que en menor medida, él sabe que las merece.
Te odio.
Las palabras, aunado a la repetición consecutiva de estás, destrozan su corazón. ¿A dónde fue la escandalosa niña que buscó su aprobación en el pasado, llamándolo “hermano” en todo momento?
La respuesta vino a él tan pronto la pregunta terminó de formularse.
Se fue.
La niña de doce años que entró a su casa de sorpresa años atrás, desapareció, y se convirtió en una señorita de gran belleza y palabras filosas. La dulce niña cerró su corazón a su familia, tras los constantes rechazos por parte de ellos.
Y aquello lastimó aquel joven corazón, que veía impotente a su hermana menor inconsciente, debatiéndose entre la vida y la muerte. Él se alejó, envolviéndose en sus propios pensamientos.
El tiempo, pasó. Y ella despertó de su letargo sueño. La noticia voló en toda la mansión. La falsa princesa despertó. Todo sirviente de la casa Eckart celebro el despertar de la dama de los rumores.
Él, con un corazón hecho jirones, decidió mantener su distancia y enfocarse en su entrenamiento con la espada. Él entrenó hasta el cansancio en un inútil intento por alejar aquel pensamiento de su mente. Probar el cuerpo de su hermana de forma tan pecaminosa y excitante.
Pero el destino tiene una manera de realizar encuentros en el lugar menos inesperado. De camino del campo de entrenamiento. Él, la vio. Y la vio tan bella desde el primer momento en el cual la conoció.
Ella, sonriendo satisfecha de haber encontrado una forma de salir de aquella mansión en dónde recibe nada más que odio y abuso constante. Ella, con una mirada filosa, palabras crueles y despiadadas lo alejó tan pronto como mostró un atisbo de preocupación.
Ella partió. Él la alejó. Una vez más, la brecha entre ellos se abrió. Él, incapaz de perdonarla a causa de ese tonto deseo de poseerla, y al mismo tiempo, alejándola de él y no caer en la tentación andante.
Desafortunadamente, el destino, una vez más, hizo de las suyas. El destino hizo que él cometiera un pecado. El pecado de probar a aquella chica prohibida. Su hermana.
Ella, deseosa de encontrar una forma de escapar de aquella mansión, escapó de su habitación a través de la ventana. Y él se presentó como su salvador al sostenerla entre sus brazos y evitar que termine lastimada. Pero en el proceso el aroma a mujer que tan loco lo vuelve, inundó sus fosas nasales, y en vez de dejarla ir y poner distancia, probó la fruta prohibida.
Él momento en el cual probó aquellos labios, todo el mundo se fue al carajo. Ella es tan dulce, tan tierna entre sus brazos, bajo sus labios, luchando inútilmente por el dominio del beso.
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Cuentos de media noche.
RomanceHistorias cortas de "El único final de la villana es la muerte" sin relación entre sí.