Holi, ha pasado tiempo. A petición de una persona, esta historia se trata sobre Reynold Eckart y un extraño sentimiento que despertó en él en tanto vio a Penélope en peligro.
ACLARACIÓN: Ambientado en el episodio de la fiesta por la competencia de caza.
Lo que significas para mí.
En tanto vio a aquella bestia acercarse a aquella mujer que su padre llevó a su hogar como reemplazo de su hermana menor, Yvonne, un extraño sentimiento invadió cada centímetro de su cuerpo. El miedo de perder a aquella impostora de una forma peor en la forma en la cual Yvonne desapareció de sus vidas llenó su cuerpo de un miedo indescriptible de igual forma que adrenalina, la cual permitió que su cuerpo se moviera a la velocidad que superó incluso en reacción al príncipe heredero en un torpe intento por llegar a ella y salvar su vida.
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Sin embargo, la escena a continuación lo dejó sin habla. De un movimiento rápido su hermana apuntó su ballesta hacia aquella bestia y no dudó en disparar como años atrás lo intentó con Gloria Kellen. La esfera impregnada en magia salió disparada de la ballesta impactando en el monstruo en el acto desintegrándolo.
El silencio en el banquete no se hizo esperar. ¿Acaso la falsa princesa de Eckart, la renombrada "chimpancé de la ballesta" disparó sin dudar tal cual cazadora experta hacia la bestia que amenaza su vida? Reynold, de igual forma que varios caballeros presentes, quedó momentáneamente flechado por la apariencia majestuosa de su falsa hermana disparando a diestra y siniestra en contra de los seguidores de Leila sin fallar un solo tiro.
Reynold observó estupefacto las ovaciones de los nobles hacia su hermana menor. Observó como el príncipe heredero se acercó a ella agradeciendo su ayuda y prometiéndole una recompensa. Sin embargo, a diferencia de lo esperado, Penélope no negó ni aceptó la recompensa, simplemente hizo una reverencia a Calisto y se retiró del banquete en silencio.
Reynold, llevado por el extraño sentimiento burbujeando en su interior, siguió a Penélope a espaldas de los demás hasta la salida del banquete. Penélope, ignorando la presencia de su molesto hermano mayor, continúo su andar hasta el bello jardín del palacio imperial en donde se acercó hacia la fuente en donde tomó agua entre sus manos en un intento por ¿Lavar sus manos?
Reynold se acercó, curioso. Curiosidad que desapareció en tanto se dió cuenta que Penélope lava sus delicadas manos en un desesperado intento por eliminar todo rastro de sangre de sus dedos.
¿Acaso Penélope lucho por su vida hasta hacer sangrar sus dedos?
El solo pensamiento le molestó de alguna manera. El sentimiento de preocupación entro en conflicto con el odio que generó la pequeña en su corazón desde el momento en el cual llegó a su vida. Debatiendose entre el ir y preguntar por su bienestar e ignorarla y volver a la fiesta, el sonido que proviene de un arbusto lo alertó.
Penélope levantó la mirada en tanto escucho el mismo sonido que Reynold. Del arbusto más cercano hizo acto de presencia el marqués Berdandi. Con una sonrisa en su rostro y los modales más perfectos vistos en un hombre de buena familia, agradeció su ayuda en el banquete utilizando palabras amables que hicieron sonrojar a Penélope, para mayor molestia en Reynold, el cual no dudó en salir de su escondite a salvar a Penélope de aquel asaltacunas.
