3.- La Espina Clavada.

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- Hospital Psíquitrico de Royal Woods [6:40 P.M.] -

[Una noche más transcurrió en ese lugar, menos sanidad mental para la rubia y un martirio más que sumó a su lista. Reflexionó lo dicho por su nueva psícologa hasta que vió el crepúsculo en el cielo, pero ni ese maravilloso fénomeno le daría una pizca de tranquilidad, ya que su inquietud por no saber que decidir recaería más sobre su cuerpo, así que no pudo conciliar el sueño hasta que sus párpados y retinas se cansaron.

Ante esto es que Loan permanecería dormida hasta el atardecer mientras que, Rinn por su parte se encargaría de atender a sus demás pacientes para así esperar hasta que la joven rubia despertase, a la cual por cierto había ido a vigiliar un par de veces antes para asegurarse de ello.

Luego de terminar de atender y tratar con sus demás pacientes, la psícologa regresó a la habitación para ahí encontrarse con una somnolienta Loan que mostraba un gran desánimo y cansancio. Al entrar a la habitación, esta se encontraba en un silencio sepulcral, sólo se podían percibir de fondo los gritos desesperados de los demás pacientes tratando de no ser reprimidos o en su defecto, privados de la naturaleza en que fueron concebidos; condenados dirían los filósofos. Esto no era nuevo para Loan ni mucho menos para Rinn, sólo que ambas no podían dejar de sentirse incómodas por dicho ambiente; por su parte la joven de suéter se lamentaba por el hecho de que su vida continuaba en caída libre aún cuando ella sólo quería que la dejasen descansar mientras que, la psicóloga no podía evitar sentirse mal por todos esos pacientes que probablemente no tendrían paz hasta el final de sus días.

No obstante, Rinn dispuesta a romper el hielo que tomaba la atmósfera del lugar comenzó a tratar de mantener una conversación con Loan, la cual se mantenía estática ante ella mientras mostraba una mirada perdida y un tembloreo recorriendo todo su cuerpo; obviamente le escuchaba pero no recibía respuesta.]

— Con respecto a lo que te dije ayer... Espero que lo hayas pensado bien porque te aseguro que no estoy aquí para molestarte, aunque así lo parezca y aunque así lo pienses, pero no es así.

"Si claro..."

— Es evidente que vengo a ayudarte y tal vez suene hasta precipitado de mi parte pero, trabajaré contigo lo mejor posible para que te mejores y así puedas salir de este lugar a un mediano plazo...

"Nada que otro psícologo no me haya dicho ya..."

— También te lo comentaba... - aclaró su garganta - Sé que en mi lugar han estado otros compañeros de profesión, los cuales probablemente en su momento te dijeron lo mismo y por distintas razones no lograron su cometido, lo que consecuentemente ha hecho que estés agobiada de que te digan lo mismo y no haya ningún progreso, ¿No es así? - Preguntó de forma retórica -.

"Maravilloso, es oficial. Tendré que lidiar con un psícologo más que se interesa por mí y después me deja en el olvido cuando ya no sabe cómo ayudarme..."

— Bueno, creo que mi presencia aquí por el momento no es la más cómoda, es de cierta forma nuestra segunda conversación y ni siquiera me he presentado cómo se debe. 

"Realmente no me interesa quién es, porque estoy segura que para el final de este mes estará tan cansada de mi que me empezara a tratar mal..."

"Los Rasgados Limites de la Sanidad" - [The Loud House/Sin Kids]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora