5. Árbol de cerezo. ✓

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Hace algún tiempo una anciana me contó una bella leyenda, una leyenda que bien puede hacer que cambie tu perspectiva sobre aquellos "Cuentos de hadas", aunque sinceramente cuántos de nosotros no busca una historia de fantasía.

Lo que ella me contó fue lo siguiente:

En un pequeño pueblo de una ciudad lejana había un bello árbol de cerezo, donde los niños solían balancearse en sus alebrestadas ramas, mientras los adultos gozaban de su fruto, flores y fresca sombra que emergió de él. Sus rosáceas flores llenaban todo el centro de aquel pueblo como un tapete de olorosa vegetación... O así fue hasta que el árbol murió.

Muchos decían que la caída de aquel majestuoso árbol comenzó con una bella doncella que era codiciada por la mayoría de hombres, no solo del pueblo, sino también de las poblaciones cercanas.

Aquella doncella era hija de uno de los hombres más codiciados del lugar, ese hombre a pesar de tener dinero seguía buscando más. Así que al tener las mejores propuestas por uno de los chicos de una ciudad cercana, no dudó en entregar la mano de su única hija por aquella jugosa recompensa. Dando así el anuncio de la boda más esperada por los pueblerinos.

Sin embargo la doncella se negaba a creer en el matrimonio, ella estaba más metida en sus libros de estudios y en pequeños proyectos. Ella creía que si algún día contraía matrimonio, sería con una persona que amara incondicionalmente, no con alguien que diera oro por su mano.

Ante esa desgracia a la cual ella no podía protestar, tomó un par de libros y junto con unos lápices y separadores se encaminaba cada tarde al frondoso árbol, el cual, le brindaba paz y armonía para adentrarse en los mundos de aquellos libros, sus grandes fantasías. Esos amores profundos de las novelas, el hombre que luchaba por el amor de la mujer hasta que vivían felices por siempre.

Suspiraba al pensar que tal vez, algún día ella podría tener esa suerte. Que tal vez, un hombre de armadura dorada llegaría el día de la boda a raptarla y amarla para siempre.

Y así pasaron los días, cada vez más cerca de la boda. Aquellos días la doncella los atesoraba como sus últimos días de libertad. Hasta que un día, a las faldas de aquel enorme cerezo se encontró con una joven pueblerina que parecía llevar dos jarros de agua.

La curiosidad la invadió y comenzó a escudriñar a la joven, que cansada, reposaba contra el grueso tronco. Tenía un largo cabello café enmarañado y a la vista seco, sus ropajes no eran más que, lo que parecían un trapo viejo cocido entre sí; mientras su rostro estaba sucio, pero eso no fue impedimento para admirar sus finas facciones, sus ojos permanecían cerrados y sus pestañas le hacían como bellos abanicos.

La doncella quedó hipnotizada ante la presencia de esa joven y sin miedo alguno terminó ofreciéndole ayuda con los dos enormes jarros de agua que llevaba.

A partir de ese accidental encuentro las jóvenes crearon una amistad y ahora cada tarde en vez de solo ir a leer o descansar, pasaban el tiempo charlando y mostrándose las cosas que amaban hacer. Sus vidas eran tan distintas, pero sus ideales tan parecidos.

Y así, poco a poco el sentimiento de amistad se esfumó, convirtiéndose en un tierno romance. Ya no se veían como dos chicas soñando con un romance como el de los libros, sino como si aquel amor ya se estuviera haciendo real.

Aquel sentimiento se acrecentó con el pasar de los días, su amor se iba fortaleciendo con cada minuto juntas. Y un día, justo ahí, en el pie del árbol ambas se besaron jurándose amor eterno.

Sin embargo, como todo, había algo que les impedía estar juntas. La boda se había acercado demasiado y ellas jamás podrían hacer que aquel hombre retirara su oferta. Pero al saber lo que eso implicaba decidieron huir, ellas escaparían para tener su propia historia, para crear las propias páginas de un bello libro que narrara aquel amor.

Así un día antes de la boda, la doncella abandonó su morada para encontrarse con su amante. Pero eso no pasó, su historia no iba así, no podía tener un final feliz, ya que el padre de la doncella jamás permitiría que su oro escapase. Y al llegar al árbol su amada esperaba, pero no de la manera que debería.

El cuerpo sin vida de la joven campesina, guinda de uno de los fuertes brazos del cerezo. Una cuerda bien atada adornaba su frágil cuello y el cariño que alguna vez hubo en sus ojos se esfumó, no quedó nada más que la muerte, destrozando la vida y el corazón de la joven doncella...

Después de eso las historias son inciertas, unos cuentan que la doncella si se tuvo que casar, que no amó nunca a ese hombre y que se la llevó tan lejos a donde no recordara nunca aquel árbol. Otros cuentan que en medio de la boda salió corriendo y de la misma forma que su amada, decidió quitarse la vida en el mismo lugar que la campesina.

Unos pocos también relatan que nunca se supo que pasó con la doncella, que su padre se la llevó y nunca más volvieron a saber de ella.

Sin embargo... yo se la verdad, aquella doncella fue mi bisabuela, y aquella historia la de su amorío más profundo. La verdad de ese final tiene todos los finales, ella pensó en suicidarse en el cerezo, sin embargo su padre la llevó a la fuerza y el día de la boda ella salió corriendo de la ceremonia a cumplir la libertad que le prometió a ella...

No me contó más, supongo que si amo a mi bisabuelo, pero ahora que ya falleció, espero se pueda reencontrar con quien fue el gran amor de su vida.





¡¡¡Fin!!!



Derechos de Autor: WatpadStreet_ED

Gracias ❤ por participar en este proyecto.

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