.Regreso.

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Como cualquier adolescente en pleno despertar sexual, Choso experimentaba los típicos cambios físicos y emocionales correspondientes a esa etapa.
La curiosidad y el instinto lo hicieron comenzar a indagar y tocar sobre esa parte suya que se ponía extrañamente firme, cada vez con mas frecuencia. Pronto descubrió que ese tacto se sentía muy bien, y no tardó en notar que aquello solo le sucedía cuando se encontraba cerca de Yuuji, cuando sin querer lo veía cambiarse en su habitación, cuando eran obligados a bañarse juntos por cuestiones de tiempo, cuando Yuuji lo abrazaba o hasta cuando lo veía dormir a su lado.
Fue en una de esas ocasiones donde, mientras se masturbaba en la privacidad de su cuarto, su padre entró sin tocar antes y lo encontró estimulándose con los videos de su hermano reproduciéndose en la pc, eran videos que tomaba cuando salían a pasear juntos o que robaba de su celular sin permiso.

Fue el final de su fantasía. Después del regaño de su vida, de tantas palabras hirientes hacia ese sentimiento que parecía tan hermoso pero que resultó horroroso para los demás, su padre lo envió a trabajar al extranjero con uno de sus tíos.
Sin ninguna explicación de por medio, Yuuji solo dejó de ver a Choso en casa. Cuando preguntó por él a su padre, obtuvo una sola respuesta: "Él es una vergüenza para la familia, espero al menos sirva para mantener el negocio aunque desde lejos, después de todo él es el hermano mayor y como tal debe dar el ejemplo en todo lo que haga." - Comentó apagando un cigarrillo en el cenicero.

Yuuji ni siquiera pudo despedirse, tampoco supo hasta cuando se extendería la decisión de su padre. Solo quedaron mas preguntas que respuestas, confusión entre tantos pensamientos, hasta que la incertidumbre terminó por cerrar esa etapa.
Pero no iba a olvidar a su hermano mayor a pesar de los años. No tenía un solo recuerdo malo sobre Choso y él en su infancia, bueno, solo unos pocos cuando Yuuji le contaba que le gustaba alguien y éste lo regañaba o le advertía sobre que no debía confiar en nadie mas que en él y en su propio criterio.
Para Yuuji, Choso era el mejor hermano mayor del planeta. Entonces, según el cuestionable criterio de su padre, ¿Qué ejemplo le faltaba dar, si como hermano mayor siempre entregó e hizo todo por su familia?
Decidió honrarlo en esos años de ausencia e incertidumbre, comportándose con los demás como Choso se comportó con él: protegiendo a sus seres queridos, ejercitándo para volverse mas fuerte por él y por los demás, y como no, cumpliendo al pie de la letra todo lo que ordenaba su padre.

Pero el cuestionamiento principal llegaría despues, cuando en una de esas noches de insomnio pasaba frente a la habitación de su padre y escuchó sin querer un fragmento de la charla de éste con su tío.
"Ese bastardo inútil ni siquiera es mi hijo... y aún así debí hacerme cargo luego de que Kaori muriera. ¿Lo entiendes? El amor es la peor de las maldiciones…-Suspiró casi involuntariamente- Por amor terminé responsabilizándome de un mocoso que luego iba a darme la peor de las decepciones, maldita basura. Tuve que sacarle a golpes las palabras y aún así soltó poco y nada. Debí hacerlo para saber que tenía a un traidor en mi familia. Como sea, envíame el dinero apenas te liberen los pagos los clientes y dile a ese inútil que todavía no puede volver a menos que yo se lo ordene. Por cierto…”

Yuuji no entendía porque su padre se expresaba así de su hermano mayor, ¿a qué se refirió cuando dijo eso de "traidor"? Y, ¿de parte de Choso? Quien siempre puso a la familia por encima de todo y todos.
Era imposible que su preciado hermano le hiciera daño a alguien, mucho menos a su padre o a él, su familia era lo mas importante y siempre lo repetía para que Yuuji también lo aplicara.
Pero lo mas curioso era que, si Choso solo iba a volver cuando su padre lo ordenara, significaba que los hermanos no tendrían contacto alguno por tiempo indeterminado o hasta que alguna pieza del juego se moviera.

El amor te inspira y te hace planear cosas que en frío dirías "es imposible". Ventaja o perjuicio, este sentimiento hizo que Yuuji hablara con su padre sobre traer a Choso de vuelta pero con una estrategia bajo la manga. Lo convenció de que abriría un negocio propio, un pequeño emprendimiento, pero que necesitaría la ayuda de alguien para administrarlo. Cuando su padre le sugirió contratar a una persona mas calificada, Yuuji le explicó que no había nadie mas confiable que su propio hermano para encargarse de las finanzas familiares. Si se supone Choso trabajaba en el extranjero gestionando la economía de sus tíos, debía tener la experiencia suficiente para el negocio que Yuuji tenía planeado.
Aun dudoso, y descansando un lado de su cara sobre su mano, el señor Kamo terminó por aceptar la propuesta.
Era algo simple, algo que quizá hubiera funcionado de mil maneras mas pero funcionó de la manera en que Yuuji necesitaba y eso era más que suficiente.

~

El día había llegado, Yuuji iba a ver nuevamente a su hermano mayor después de tantos años distanciados. Mientras se colocaba el calzado e intentaba alisar unos dobleces en su ropa, no pudo evitar imaginar como luciría Choso actualmente. ¿Estaría más alto? ¿Se habría cortado el cabello? La última vez que lo vio andaba con toda la melena suelta alrededor de su rostro. Creo que era del estilo “emo”, una moda que fue furor allá por los años 2000.
De repente, imaginó como se vería físicamente si es que seguía ejercitandose como en su adolescencia. Y si así fuera, a esta altura debía tener un cuerpo bastante trabajado y digno de competencias internacionales.
Fue sorprendido por una sensación extraña en la parte inferior de su pantalón. Atónito, sólo pensó en como carajos podía tener una erección pensando en el estado físico de su hermano.
- Bien, eso fue raro. - Aclarando su garganta primero, se dispuso a llamar a su padre para evitar que su cabeza siguiera ahondando en estupideces.

-Espero que Choso esté a la altura de las circunstancias. Yuuji, ya sabes que si algo no funciona… -su padre se sostenía con mucho esfuerzo del barandal mientras bajaba las escaleras, era un hombre bastante mayor actualmente.
-Lo sé, padre. Déjamelo a mí- continuo Yuuji dirigiéndole una sonrisa para tranquilizarlo.
-Yo hasta quisiera que ya tuviera su propia familia. O quizá ya la tiene pero no estamos enterados. Como sea, eso sería mas normal que.. - Kamo aclaró su garganta, en un intento de no hablar de más.
Yuuji no supo porque, pero esa pequeña acotación del mayor Kamo le causó una sensación dolorosa en todo el pecho. ¿Por qué se sentía tan mal el imaginarse a Choso teniendo una familia? ¿Es que acaso no sería algo bonito si hubiera encontrado a su alma gemela, después de tantas presiones que sufrió bajo el mando de su padre? Deben ser celos, si eso, celos de que él podría tener ya una enamorada pero Yuuji ni siquiera tenía a alguien en vista.

Ya en el aeropuerto, pudo divisar a la distancia a un muchacho bastante alto dirigiéndose directo a ellos. Tenía el cabello atado en dos coletas y una línea negra que le recorría la nariz y parte de las mejillas, sería una especie de tatuaje pensó. Llevaba una gabardina de color negro con unos jeans grisáceos ajustados al cuerpo y una polera blanca debajo del abrigo. Caminaba con paso firme a pesar de llevar un enorme equipaje a su lado.
Cuando terminó de reconocer a su hermano en ese modelo salido de revista, quiso correr a abrazarlo, pero recordando el contexto en el que se hallaban su padre y Choso prefirió reservarse un poco y saludarlo solamente agitando los brazos.
El muchacho de coletas lo notó en seguida, eran las 3 de la mañana asi que no había mucha gente en el aeropuerto en ese momento. Tan pronto como reconoció a Yuuji sus ojos se ampliaron en una mezcla de sorpresa y emoción. Pero rápidamente notó la mirada de su padre monitoreando toda la escena. Choso presionó sus labios entre sí para ahogar el llanto de impotencia que amenazaba con escapar.
En el auto, el mayor Kamo y Choso apenas se dirigieron unas pocas palabras luego de saludarse.

- Yuuji dijo que lo ayudarías en su negocio por un tiempo, así que pon en práctica todo lo que aprendiste afuera y hazlo funcionar, ya que ni siquiera tienes algo propio por el momento. Al menos haz bien esto, como el hermano mayor que eres. ¿Entendido?

-Si.- contestó Choso con el rostro apuntando hacia el suelo para evitar un cruce de miradas innecesario.

-Choso, estoy emocionado de que estés aquí. -Exclamó el menor de los Kamo- ¿Me extrañaste? Yo te extrañé mucho sabes? Sobretodo los últimos años de secundaria. Mira! -Yuuji presionaba uno de sus brazos con una mano- Tuve que hacer mucho ejercicio para llegar a este punto, para poder defender a compañeros de los típicos bullies, como tu siempre me enseñaste. - Una cálida mirada hacia su hermano mayor cerraba su tan apasionado discurso, mientras un leve sonrojo inundaba ambas mejillas.

Choso alcanzó a mirarlo por unos segundos, mientras forzaba una tímida sonrisa en su blanquecino rostro.

- Eh? Bueno, ¿cómo te fue allá? Por qué no me escribiste o te contactaste conmigo hermano?!- Fue acercandose demasiado sin darse cuenta.

-Yuuji, necesito descansar, podemos hablar mañana temprano si quieres. Es que, no quiero incomodar a papá con nuestra efusiva charla.- Choso le regaló una última mueca en un intento de sonreír.

Yuuji quedó hipnotizado casi sin quererlo frente al rostro de su hermano. Era la primera vez en la noche que Choso le había mirado directo a los ojos, hasta ese momento pudo notar como este evitó a toda costa chocar su mirada con la suya. Ahora que lo veía de mas cerca, lo de su naríz si era un tatuaje, uno muy fuera de lo común debía admitir. Sus ojos eran oscuros como la noche alrededor suyo, y aún así sentía que se iluminaban cuando ambos se miraban fijo, como cuando eran pequeños.

-Bien... entonces... gracias por volver- concluyo Yuuji mientras cerraba los ojos con un notable alivio.

~DisfrutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora