𝐲 𝐬𝐞𝐚𝐬 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫 / 𝐚𝐥𝐟𝐚

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Carajo, esto no estaba bien. Nada bien. Absolutamente no estaba bien.

¡No se supone que sería así!

Lo habían planeado desde que tenían diez años, tenían un maldito plan. Era obvio que las cosas habían cambiado desde entonces, sí, era cierto, pero esos habían sido buenos cambios.

Como el que nuestra relación inicial haya pasado de ser fingida a una real, verdadera. Porque no habíamos tardado mucho en darnos cuenta de que nos gustabamos. Y eso había sido genial.

Un cambio grandioso.

Pero esto.

Esto era diferente.

¡Era inaceptable! ¡Una estúpida broma!

Tal vez todo era culpa de Cartman, y lo descubriría, pronto. O los jodidos extraterrestres. Inclusive Mr. Garrison.

¡Alguien aquí tenía la culpa de que esto esté sucediendo!

Porque no sería así.

Lo tenía memorizado, lo habíamos repasado durante las noches que nuestros padres nos permitían dormir en la casa del otro.

Planes, planes y planes.

Iríamos a la misma escuela media, tomaríamos las mismas clases que nos fueran posibles junto a Token y Clyde, y evitaríamos meternos en problemas para jugar con Stripe por las tardes.

Yo mandaría a la mierda a Cartman solo por el hecho de existir y Craig le frunciría el ceño a Stan solo porque sí. Porque así funcionabamos.

Y lo habíamos hecho.

Cuando los cambios en nuestros cuerpos comenzaron y la pubertad nos golpeó, no hubo gran sorpresa. Lo habíamos hablado también, teníamos un plan.

Para ello, para el momento en el que el bello creciera en nuestras piernas y todo nos pusiera calientes tal y como solía especular Kenny que lo haríamos.

Y lo fue, todo nos puso calientes a los quince años, pero no fue estresante en absoluto.

Tenía a Craig, y él me tenía a mí.

Los besos dejaron de ser solo un choque de labios y se convirtieron en algo mojado y electrizante. Mágico y extraño.

Pero estaba bien, porque estaba en los planes, sabíamos que pasaría.

Después todo fue manos, toques y erecciones, consentimiento expreso de por medio, y fue todavía mejor. Porque sabía que Craig y yo queríamos eso, se sentía bien y estaba bien.

Habíamos hablado sobre ello, todo, en las noches de insomnio de mi niñez.

Craig me había sostenido y me había susurrado todo estará bien cariño y aún cuando tengas una crisis y seas mayor y yo dije ¿y que si no puedo controlarme? e ¿incluso si termino teniendo un ataque de ansiedad en medio del sexo? y iugh, no quiero tener sexo por el trasero pronto, suena asqueroso.

Pero él dijo, él dijo, él dijo—: Todo estará bien, cariño. Porque yo seré tu alfa. Y tú, Tweek Tweak, serás mi Omega.

Sin embargo aquí estaba, sentado frente a un doctor que debía estar jodiendome con una broma que amenazaba con destruir todo lo que habíamos planeado. Haciendo añicos los sueños de esas noches de infancia.

Teniendo esos espasmos que solían ser parte de mi y que no había tenido desde hace más de siete años.

Temblando incontrolablemente, y sintiendo como me comenzaba a faltar el aire, tan malo.

Tan malditamente malo.

La voces de mis padres y de los de Craig se habían desvanecido hace minutos, mi visión comenzaba a nublarse. Estaba entrando en pánico, escociendo, pinchando, doliendo en mi corazón.

La ansiedad carcomiendo.

Porque no sabía que pasaría con nuestros planes, con nuestros sueños, con nosotros, ahora que el doctor nos había sentenciado.

Porque de sus labios habían salido Alfa y Omega, pero nunca de la forma que habíamos pensado.

Porque Craig se estaba presentando como omega.

Y yo.

Yo.

Tweek Tweak.

Quién temblaba, temblaba, temblaba.

Iba a convertirse en alfa.




𝙐𝙉𝘿𝙊; ᴄʀᴇᴇᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora