(( 🍷 . . 𝖍𝖞𝖇𝖗𝖎𝖉 𝖆𝖑𝖊𝖗𝖙 ⚠ ! ㄔ⊹ Armanway

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Armando Gruas, si un nombre bobo que parecía que sus padres le deseaban lo peor por el simple echo de ponerle ese nombre aunque seamos sinceros si ellos le amaran no hubiera pasado nada de eso, no estaría en una enorme ciudad con el peligro andante y arreglando coches como si no hubiera un mañana, un menor de edad que llegó a esa enorme con una mochila, poco dinero y un estúpido sueño

Tal vez sea verdad sus padres solo deseaban grandeza, algún doctor, abogado incluso arquitecto, "Dr. Armando Gruas" ¿Lo imaginas? El no desafortunadamente su ilusión eran los coches, siempre hicieron añicos esE pequeño sueño después de todo vivirá en miseria trabajando de ello "No seas capullo, ¡¿Cómo piensas vivir de eso?!" Tal vez desperdicio una gran oportunidad, tal vez en su futuro se arrepentirá pero ahora sería Armando Gruas un mecánico aprendiz de esa enorme ciudad, claro si le aceptaban

Su gran idea al llegar era ir directo al gran taller del lugar, no quería desperdiciarlo era un la gran oportunidad, deseaba ir a la segura no quería que por unos minutos u horas de retraso alguien le arrebate su gran oportunidad entonces ahí estaba un pequeño Armando frente a un enorme taller, tragó saliva con el simple echo de ver al hombre viejo de mono rojo, su rostro gruñón que parecía verle con confusión, tomo una última calada de aire era ahora o nunca, tomo su sombrero y camino decidido aunque por dentro parecía morir, ahora mismo tenía unas enormes ganas de vomitar

"Eh, buenas tardes" su rasposa voz salió con timidez, tenía la atención del viejo del lugar ahora, de seguro creería que era mucho mayor eso podría ser una ventaja ahora mismo agradecía el tono de su voz

"¿Necesitas que le arreglen algún coche? Tienes más mecánicos n.."

Con desespero el menor interrumpió al jefe del lugar casi con un grito del cual se arrepintió al instante, estaba nervioso deseaba que no fuese así "Yo solo " las palabras se quedaron en su garganta, no querían salir el hombre solo le miraba con desespero, estaba ocupado "¡Yo solo quería saber si están contratando!" Ahora grito, mierda todos estaban mirándole

El viejo hombre frunció su ceño al escucharlo, cree saber que quito algún cartel de oferta de trabajo hace días, ¿El chico no miraba bien? "No estamos contratando ahora chico" hablo con rapidez el hombre, Armando comenzó a sentir pánico

"Por favor, soy nuevo en la ciudad, no tengo dinero ni donde vivir" hablaba con desespero aquel joven castaño, no podía negarlo sabía que podría suceder aún así su pobre ilusión lo llevo a su perdición "Soy muy trabajador se lo suplico" el tono de su voz era tan desesperado que molestaba al viejo

"¡Que no hombre! Regresa cuando volvamos a abrir solicitudes, hay restaurantes y otras tonterías arreglatelas tu mismo " grito el hombre

Armando termino saliendo con sus ánimos por el suelo, sabía que sería una mierda pero aún podría el hombre le dijo que volviera cuando estén contratando estaba seguro que lo logrará aún así antes de bajar dónde hospedarse necesitaba encontar un trabajo para mantenerse, con miedo saco su cartera mirando el dinero que llevaba, si de verdad necesitaba sobrevivir debería comenzar a apartar el dinero no tendría suficiente por bastante tiempo, debía acostumbrarse a comer una ves al día, que, en cuanto pensó en comida sus tripas comenzaron a escucharse gran volumen, "lo que faltaba" pensaba el joven castaño

No sabía exactamente cuánto recorrió, sus piernas querían asesinarlo ahora mismo pues ya no lograba soportar más, una última esperanza era un estúpido local de perritos calientes, tan cliché y a la vez tan odioso el de verdad no quería hacerlo, en aquella plaza solo podían escucharse gritos y músicas sonando a un volumen que reventaría sus pobres oídos. No sabía si era buena suerte o la peor de todas pero aquel encargado de ese puesto agradeció como nunca cuando me preguntó, realmente Armando deseaba negarse y correr lejos pero necesitaba dinero, no tiene vuelta atrás ahora vendería hot dogs en la plaza central dónde todos los jóvenes y no tan jóvenes por alguna extraña razón solo sabían hacer fiesta, gritos y acabar con la paciencia de Armando