La Chica Que Se Enamoraba De Los Precipicios

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La chica de las idas y venidas; la que siempre estaba segura de lo que quería, pero por miedo no lo hacía

Esa chica un poco complicada, de apariencia fría y de fondo cálido, tan pocas personas llegaban a conocer lo último.

La chica que día tras día fingía una sonrisa radiante tan radiante que le dieron el precio a la mejor actriz de su propia vida.

Ella que tenía sueños grandes, metas A L C A N Z A B L E S y fuerzas mínimas.

Que iba y venía, nunca se quedaba y tenías que estar atento porque como aquel tren solo pasa una vez en la vida

Ella montaña rusa de emociones, la risueña que se aguantaba las lágrimas.

Era tantas cosas y a la vez nada.

La que se enamoraba de cada precipicio que visitaba, lo miraba detenidamente y lo admiraba, ese fino hilo entre la nada y el todo, el recuerdo y el momento presente.
Sentía esa conexión, jugaba con él saliendo victoriosa una y otra vez; no había sensación mejor que mirarle fijamente y retarle con actitud juguetona sabiendo el resultado final.

Pero un día, uno de esos grises en el que el sol no quería levantarse de la cama, y las nubes le ayudaban a esconderse volvió a retarle, pero esta vez queriendo cambiar el marcador; eran tantas victorias las que llevaba que el juego empezó a aburrirle.

Y fue ahí en ese preciso momento en el que el precipicio le extendió la mano, el viento le ayudó a marcar cada paso, y el sol miraba de reojo.

Fue ahí, justo ahí donde ambos entendieron que los finales no tienen nada que ver con los principios y que los giros de guión llegan a sorprender hasta al actor principal que ya se había leído la obra.

Entonces ocurrió; se hicieron uno, ese salto al vacío hizo que se juntarán como si todo ese tiempo que pasaron juntos solo hubiera servido para ocultar ese final ya escrito.

U
   N
      O

Ahora sólo somos uno

24 ENE 2022

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