2| Regla número 1

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Me lavaba los dientes mientras Christian se bañaba, teníamos ese tipo de confianza a pesar de nunca habernos visto si quiera desnudos y todo acabaría esta mañana cuando diéramos comienzo a la competencia.

Acordamos poner fecha y hora para
iniciar con esto, decidimos que el día
lunes seria perfecto y como ambos
nos despertamos tarde desde que
abandonemos la universidad, no era problema.

A la una de la tarde en punto las cosas cambiarían.
Así que aprovechábamos estos momentos en que seguiamos como si nada.

Christian se acabó el cereal y la leche, hay que comprar más, iré al supermercado esta tarde.-Le dije, yo no era cobarde, de lo contrario jamás hubiese aceptado la
competencia. pero no podia negar que tener a Christian en el mismo departamento que yo y en plan de seducción no era una idea muy atrayente, porque tenia
que admitirlo, Christian era increíble en todos sentidos y ya sabía como iba al acecho de alguna chica.
Lo mejor era estar lejos de él cuando pusiera el comienzo
Después se relajaría y esperaba que olvidara todo el asunto y diéramos por cerrado el tema.

Te acompaño, tengo que comprar cosas para mi cabello.-Maldije por lo bajo y me enjuague la pasta dental Christian cerró el grifo y me fui del baño antes que saliera, no tenía la necesitad de adelantarme al juego.

Desayunamos en silencio, tomamos café y unas galletas, no había mucho para comer por lo que la compra de esta tarde era de vida o muerte.

Pero ya no tenía hambre cuando vi el
reloj y me di cuenta que faltaban diez minutos para que fueran la una.

Mi estómago se revolvió y por un momento me arrepentí de haberme bebido esa taza de café.

-Ya va hacer la hora.-Dijo Christian de pronto.
Asentí y ambos nos dedicamos una
mirada de arrepentimiento.

Nos sentamos en el sofá a ver televisión, durante los minutos que faltaban, era algo habitual pasar más de la mitad del día sentados viendo televisión.

Estuve esos diez minutos pensando en maneras de evitar a Christian o de hacerlo caer antes de que él lo hiciera conmigo.

Las cosas eran complicadas. podíamos acostarnos ,ese era el trato. pero Si en algún momento uno le pedía al otro tener sexo, perdía automáticamente.
Y solo se podía los viernes y por decisión mutua, por condiciones de Christian, que se empeñaba en complicar toda esta
competencia.

Era un idiota, no se conformaba con hacer de nuestra amistad anicos, sino que estaríamos en abstinencia durante una semana hasta que llegara el día en que podamos hacer lo que queramos, siempre y cuando fuera entre nosotros dos, de lo contrarío romperíamos la regla n°5 y
perderíamos de inmediato.

De pronto, sentí la yema de sus dedos en mi cuello acariciando mi nuca.
Me separé de un saltó y lo miré asustada, qué le pasaba?
Entonces vi su sonrisa petulante y luego el reloj.
La 1:02, que comience la locura.

iChristian voy a comprar!-Le grité desde la puerta, con esta abierta y lista para irme. Escuché sus pasos desde el pasillo y corrió hasta mi lado con una chaqueta y la billetera en la mano.

-Estoy listo.-Me dijo y nos fuimos. Me
pareció raro, pero sabia que tramaba algo.
porque después de la caricia en
mi cuello, no intento nada más en toda la tarde, y no quería ser yo quien diera el primer gran paso o descubriera mi estrategia.

No fuimos en auto, el supermercado quedaba a tres cuadras del
edificio, una de las ventajas de vivir en el centro de la ciudad, caminamos sin decir nada, Christian parecía en otro mundo
Miraba todas las cosas con sumo interés como si nunca antes hubieses visto un árbol o un poste.

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⏰ Última actualización: Jan 30, 2022 ⏰

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