Quizas sea algo más

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Wei Wuxian vegetaba como siempre en el jingshi mientras esperaba a que su querido esposo terminara sus deberes. Este podría ser un día como cualquier otro pero no, se sentía particularmente emocionado porque tendría una visita especial en la que esperaba que todo terminara de la mejor forma.

En ese momento alguien tocó a su puerta. Se levantó de un salto y fue a abrir.

–¡Te estaba esperando! ¿Estás muy cansado por el viaje?

–Deja de preguntar cosas y solo déjame pasar. No quiero que me vean aún.

Jiang Cheng le había escrito una carta hace unos días pidiendo verse para conversar. Esa era la razón por la que se sentía muy emocionado. Claro le encantaba ver a su hermano pero estaba seguro de que era lo que quería hablarle.

Ya habían pasado 6 meses desde la primera cita que le organizó a Jiang Cheng con Lan Xichen y la verdad era que estaba seguro de que todo estaba saliendo a pedir de boca. Tenía el presentimiento que Jiang Cheng quería hablarle para decirle que iba a formalizar su relación con Lan Xichen. Eso solo podía significar una cosa: matrimonio. Sentía que estallaba de felicidad de pensar que por fin su hermano había encontrado la felicidad y que mejor que con el primer jade Lan. Además de que esa sería una relación que beneficiaria a ambos clanes pero eso era lo de menos. A sus ojos ellos hacían una pareja magnífica y este era el paso evidente a seguir. No por nada Jiang Cheng lo había citado con tanta urgencia y estaba tan nervioso.

Trataba de mantenerse tranquilo y solo esperaba a que su hermano le dijera la noticia.

–¡Muy bien! ¿Qué te trae por aquí? Casi nunca vienes a visitarme y me haces sentir abandonado.

–Estoy seguro que te sientes de muchas formas. Todas excepto "abandonado".

–Tengo derecho a extrañarte. ¿Quieres tomar algo? ¿Tienes hambre? Puedo ir a robar algo de la cocina para ti.

–No necesito nada de eso ahora –Tenia los puños apretados y su expresión era de nervios totales– Quiero hablarte de algo.

–¿Si? ¿Qué podría ser? –Se emocionaba a cada palabra que decía.

–Es sobre...Xichen y yo...

¡Lo sabía! En su cabeza ya empezó a imaginar como sería la boda perfecta. Acompañaría a Jiang Cheng a comprar su traje rojo y habría que pensar en donde sería su recepción no sabía si en muelle loto o ahí en receso de las nubes. El punto es que debía ser enorme e inolvidable algo que todos los clanes hablarían y...

–Voy a decirle que ya no puedo seguir viéndolo.

–¡Si! Será fantástico y...¿QUE?

¿QUE DEMONIOS? ¡ESO NO HABIA SIDO NADA DE LO QUE PLANEBA EN SU CABEZA!

–¡No puedes estar hablando en serio!

–¡No grites Wei Wuxian! Te van a escuchar.

–Pero es que...–Trato de bajar el volumen de su voz pero aun seguía muy alterado– ¿Por qué tomaste esa decisión? Creía que todo estaba yendo muy bien entre los dos...

–Y lo está. De hecho...creo que me gusta. Y mucho.

–¿Entonces? ¿Por qué querrías dejar de verlo?

–Es cierto que me gusta. Es amable, es gentil, un excelente cultivador y un gran partido para cualquiera. Me trata bien y creo que nos entendemos. Cuando salimos me la paso muy bien, me divierto y bueno...llena mi lista de requisitos.

–No veo donde esta el problema en todo eso.

–Jing Guangyao.

Solo mencionando ese nombre la conversación se tornó bastante tensa. Después de todo lo ocurrido era un nombre que tendía a evitarse y si Jiang Cheng lo sacaba a colación es porque debía ser serio.

Me Gusta. ¿Y Ahora Qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora