Extra 1

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Ese día, en la entrada principal del clan, se encontraba el líder quien mantenía su perfil imponente e imperturbable como siempre. Claro esto es lo que decían todos al verlo, y es que si supieran que en realidad estaba muriendo de nervios toda su reputación se vendría abajo. Que bueno que tantos años de práctica en ello daban sus frutos.

¿En qué cabeza cruzaría el hecho de pensar que el líder del clan Jiang había hecho todo un plan tan elaborado solo por una persona? Si se dijera en voz alta nadie realmente lo creería, por suerte para él.

Se encontraba en la entrada principal con la excusa de que esperaba recibir personalmente a alguien. Y es que sabía que esa persona llegaria a su encuentro en su propia espada, por eso no había necesidad de ir al puerto a espera por un barco.

Había repasado su plan en su cabeza un millón de veces y en todas resultaba...más o menos bien. Las partes que más le interesaban de su plan eran aquellas que involucraban a terceros, no quería que los rumores empezaran a circular antes de que todo se hiciera oficial como determinaban las reglas.

─Líder. Ya es hora.

Las palabras de uno de sus subordinados y la presencia de alguien acercándose lo sacaron de sus pensamientos. Y es que, tal como y lo había predicho, su invitado ya se encontraba descendiendo de su espada .

─Líder Jiang.

─Zewu-jun.

Los dos líderes de secta intercambiaron una reverencia formal antes de adentrarse al salón principal del clan Jiang. En el camino, se dijeron un par de palabras acerca del viaje del líder Lan hacia el muelle loto y otras formalidades sobre su estancia. A simple vista una visita normal de trabajo.

Los dos pidieron que los dejaran solos un momento con la excusa de que debían empezar de inmediato a hablar sobre asuntos importantes y eso, nuevamente, no fue extraño para ningún subalterno, discípulo o sirviente que los escuchara.

Al verse solos y asegurar que nadie interfiera los dos pudieron por fin entrelazar sus manos y relajarse un poco, mostrando sus verdaderos sentimientos por fin.

─Te extrañe.

─No digas cosas como esas tan de repente.

Y es que de eso se trataba todo. El grandioso plan de Jiang Cheng era engrandecer un trabajo que debía hacerse entre los líderes para poder pasar un poco de tiempo a solas con su...¿novio? Si, quizás esa era la palabra correcta que los definía ahora.

Una vez aclarado todo durante la última visita de Jiang Cheng al receso de las nubes los dos realmente cumplieron la promesa que se hicieron. Se habían visitado constantemente de manera extra oficial durante un tiempo más pero habían llegado a una conclusión. Si todo resultaba bien en esta última ocasión, anunciarian formalmente que empezarían a cortejar. Eso les permitiría tener muchos más encuentros oficiales y no tener que esconderse tanto. Todo esto a petición de Jiang Cheng claro. No es que sintiera vergüenza ni mucho menos, es decir quien la sentiría al estar junto a un hombre tan maravilloso como lo era Lan Xichen, pero aun así prefirió tomarse las cosas con calma antes de hacer un anuncio de esa magnitud.

Y es que si, para ese momento ni el mismo Jiang Cheng podía mentirse a sí mismo diciendo que no estaba irremediablemente enamorado de Lan Xichen. Solo que no lo admitiría en voz alta, al menos aun no, o quién sabe si más tarde, todavía no estaba seguro.

Era una decisión que definiria completamente su futuro. De ahí que había decidido hacer un plan muy (quizás demasiado) elaborado para terminar de confirmar que esa relación tenga futuro y que sus sentimientos no serían afectados de ninguna manera. Podía decirse que esa era la reina de las citas y debía ser perfecta.

Me Gusta. ¿Y Ahora Qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora