Mis manos

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Entonces me sentí triste, pero mis manos seguían siendo mis manos y mi cuerpo mi cuerpo. Aunque débil seguía siendo yo y se sentía muy mal estar sólo entre tantos cuerpos vivos. No podía levantarme del suelo. Entonces vi que mis huellas no eran huellas y que no dejaba marca alguna. Mis manos eran transparentes, mis sueños eran confusos y mi mente no era una mente, era un universo poco transitado. Mis deseos eran estrellas, estrellas que podían escapar en cualquier momento porque no había espacio entre tantas luces. No era capás de detenerlas en mi interior. Al final descubrí que terminaría sin nada, mis sueños se perderían, mi luz se apagaría pero mis manos seguirían siendo mis manos y mi cuerpo mi cuerpo aunque ya sin sueños y sin deseos de brillar o tal vez si pero ya nada sería lo mismo.

Pensamientos del alma ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora