Capitulo 3: El Monasterio

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-Jellal-sama, usted tomara la decisión definitiva- le dijo uno de sus consejeros.

-Es que aún no puedo creerlo, ¿Cómo no nos dimos cuenta de que estaban formando gremios?- dijo enojado.

-Ya lo sabemos, lo importante es que sé que usted tomara la decisión correcta- dijo uno de los supremos sacerdotes.

-Entonces no nos queda de otra más que encontrar todos los gremios y acabar con ellos- dicho esto finalizo la reunión.

Jellal Fernandes, estaba al mando de la Inquisición por más de 20 años. Había mandado a matar a más de 200.000 magos y con el exterminio del gremio Naked Mummy esa cifro aumento considerablemente. Él estaba orgulloso de su arduo trabajo y creía firmemente en la palabra de Dios, el aseguraba que los magos tenían pactos con seres infernales y que algún día se juntarían para atacar a los reyes. Con eso en mente, pudo realizar sus obras más siniestras.

"Esto lo hago para corregir mi error, padre"

-¿Vas a salir?- pregunto el mayordomo.

-Juvia quiere salir a caminar un rato- le explico a Gajeel.

-Es raro en ti salir sola, ¿Estas segura?- le pregunto.

-Si- sonrió.

Juvia salió de su casa muy alegre, estaba de buen humor, estaba caminando por las calles conocidas pero algo a lo lejos le llamo la atención y fue a ver, era unos músicos que tenía una melodía muy bella. Cuando finalizo la canción ella dejo unas monedas de oro y les dijo a los músicos que le encanto aquella melodía que tenían, ellos le agradecieron. Aquella melodía le recordó a su madre, le pareció haberla escuchado hace tiempo y a su mente le vino el recuerdo de ella. Se puso algo nostálgica y decidió alejarse de aquella multitud de gente.

Seguía caminando sumida en sus pensamientos, recordó a su madre tan dulce como ella, a su padre, que le dejo un tesoro y ella lo cuidaría, a su amiga Lucy, que llevaba años desaparecida y nunca la ha podido encontrar, sin duda era una de las cosas más triste que pudo haberle pasado, pero poco a poco recordó algunas cosas de aquellos libros, a pesar de que pasaba la mayoría del tiempo ahí, aun no había podido finalizar de leer todos los libros que se encontraban allí. Eran demasiados, aun le faltaban una gran cantidad.

Alzo la mirada y se dio cuenta que había caminado sin pensar y se encontraba en un lugar que no reconocía, camino un poco rápido para ver mejor las cosas y no recordaba nada. Entonces pensó que sería mejor regresar por donde vino, empezó a tener miedo ya que la calle estaba algo solitaria.

-Pero mira la belleza que tenemos aquí- dijo un hombre saliendo de un callejón con 2 hombres más.

-No hay nadie por aquí, será presa fácil- dijo uno de los acompañantes.

-¿Que quieren de Juvia?- pregunto valiente.

-Nada realmente- se acercaron a ella -Solo nos divertiremos- rio a carcajadas.

Juvia no se dio cuenta cuando uno de los acompañantes ya estaba detrás de ella y la jalo al callejón que estaba cerca de ella. Trato de zafarse de du agarre pero aquel hombre era más fuerte que ella. Fue tirada al suelo y el golpe le dolió.

-Creo que nos divertiremos hoy- dijo esto mirando con lujuria la chica. -Tu- dijo llamando a uno de sus hombres -Vigila- luego miro al otro -Ayúdame a quitarle la ropa- le ordeno.

Juvia estaba asustada, ahí sin poder hacer nada, estaba acorralada. Lagrimas empezaron a brotar de sus ojos. Los dos hombres se abalanzaron contra ella. Una la agarraba y el otro le tocaba los hombros y rasgo sus mangas.

-Espero lo disfrutes, linda señorita- dijo susurrándole al oído mientras pasaba su lengua por el cuello.

Uno de sus ayudantes le tapó la boca con un trapo para que no pudiese gritar y la chica solo lloraba. Podía sentir que tocaban sus senos salvajemente. Le empezó a doler y eso que aun la tocaban con ropa.

Fairy Tail - Destino MagicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora