Capitulo 4: Reencuentro

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Juvia paso la noche en el monasterio, estaba muy preocupada por Gajeel, de seguro estaba allá afuera buscándola, gritando su nombre, lleno de angustia. Miro por la ventana y vio cómo se asomaba entre las nubes, la luna iluminando la ciudad. La habitación de Juvia que estaba al lado de la de Gray era una pequeña torre que sobresalía en lo alto del monasterio, funcionaba como un observatorio pero fue remodelado para hacer dos habitaciones. A Gray le gustó la idea de quedarse solo en ese lugar, de vez en cuando estar alejado del mundo era muy bueno para él.

"Si esto es un lugar lleno de magos, entonces el sacerdote también lo es. Pero esto es ir en contra de la Iglesia, si se enteran, todos estaremos muertos en poco tiempo. ¿Cómo puedo usar magia? ¿Acaso mi padre era un mago? Creo que ahora todo está claro, es muy difícil conseguir libros así, de seguro el los consiguió por ser un mago, no hay ninguna otra explicación. ¿Mi madre también lo era? Y sino ¿Mi madre acepto casarse con el sabiendo su naturaleza o es que acaso nunca se lo dijo? Parece un sueño esto de tener magia, hasta empieza a gustarme pero yo quiero regresar a casa con Gajeel-kun"

Juvia se quedó dormida.

A la mañana siguiente Juvia se levantó y vio que era de día, el sol había salido completamente y ella aun tenía un poco de sueño. Empezó a moverse y sintió su cuerpo un tanto adolorido y recordó con nostalgia lo sucedido.

La chica sintió que alguien toco la puerta, se cubrió con sus sabanas mientras se sentaba en la cama y ella dio la autorización de que pasara. Gray Fullbuster entro a la habitación con una bandeja con unas frutas, pan, rebanadas de queso y un plato con crema de vainilla.

-Nos dejaron nuestro desayuno en una sola bandeja- dijo con un pedazo de pan en su boca.

-Gray-sama no se habla con la boca llena- la chica rio.

-¿Aun no te has cambiado?- le pregunto.

-Me acabo de levantar- dijo la chica sonrojada.

-Saldré un momento para que te cambies, buscare mi silla para que desayunemos aquí- dijo Gray y salió de la habitación.

Juvia se levantó y abrió el pequeño ropero que tenía unos vestidos bastante sencillos, agarro uno celeste y se lo puso, se miró al espejo y cepillo su cabello. Lavo un poco su cara y se secó con una toalla. Luego escucho otro toque en la puerta y ella misma fue y la abrió. Gray pasó con su silla a la mesa que tenía Juvia en su habitación y desayunaron juntos.

-Ya quita esa cara, ya te acostumbraras a estar aquí- la miro.

-¿Cómo son las personas de aquí?- le pregunto Juvia.

-Son algo ruidosa y molesta pero sabes- sonrió -Creo que no podría vivir sin ellos- se llevó un pedazo de pan a la boca.

-¿Hay mujeres aquí?- le pregunto indignada.

-Claro que sí, ahora te llevare donde siempre nos reunimos, supongo que cuando las conozcas y estés con ellas te sentirás un poco más cómoda- le respondió.

Terminaron de desayunar y Gray recogió las cosas.

-Voy a llevar esto y arreglar algo, quédate aquí, vendré por ti para irnos, después de todo no sabes donde es- agarro la bandeja y se fue.

Juvia le agradaba estar con él, se sentía segura y protegida después de lo que había pasado, sentía que podía confiar en él. Se miró a un espejo en la pared de su habitación y se acomodó un poco sus cabellos ondeados azules, sonrió.

Alguien llamaba a la puerta.

"Que extraño, no creo que Gray-sama haya terminado tan rápido"

Juvia camino hasta la puerta y la abrió preparada para recibirlo e irse juntos pero vaya que fue su sorpresa al ver otra persona, alguien conocido, una persona del pasado, una mujer que llevaba mucho tiempo desaparecida.

Fairy Tail - Destino MagicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora