Capítulo 01

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Historia inspirada en un documental de la Primera Guerra Mundial. Primera en esta serie de historias que ya se han publicado, pero que no es parte de ellas por ser AU. Esta historia se resume básicamente en un: What if ...?

A finales del capítulo se detalla una serie de cartas y hechos que se tomaron en cuenta para esta historia. Muchas gracias a los que apoyaron creando paralelismos con lo ocurrido y las características de los personajes de Tolkien.

Esta historia no busca tener fines políticos, generar bandos, etc etc etc. Solo para disfrutar y recordar hechos que pasaron. Aclaración: El idioma alemán no es mi fuerte, de hecho solo sé dos o tres palabras, así que cualquier error en el escrito y/o traducción haganmelo saber. Se los agradeceré de corazón.

Créditos: DeepWatersWaiting

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24 de diciembre de 1914

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Cuando se anunció el alto al fuego de Navidad con los alemanes, Gimli de Durin no supo qué pensar de la idea. Compartir su Nochebuena con extraños, con los alemanes con los que había estado en guerra el día anterior, era francamente repulsivo (¿por qué iba a querer compartir una copa de champán con los hombres que habían estado perfectamente dispuestos a asesinar a sus amigos y familiares a sangre fría?), por muy atractiva que fuera la idea de tener su tiempo de Navidad divirtiéndose en lugar de agacharse en las frías y húmedas trincheras esquivando balas y jugando con la muerte cada vez que decidiera que quería estirar la espalda.

Recordó sus Navidades en casa, donde él y sus padres viajaban donde los primos Oakenshield para Nochebuena, recorriendo caminos cubiertos de hielo hasta el otro lado de su pequeño pueblo rural para pasar la noche con el tío Thorin, la tía Dis y los primos, Kili y Fili, mientras cantaban villancicos e intercambiaban regalos. El solo de arpa del tío Thorin, acompañado por la dulce voz de la tía Dis, siempre había sido el punto culminante de la celebración. El año pasado, la madre de Gimli le había regalado un juego de gaitas para que se uniera a la música, y para según ella que pudiera convertirse en un verdadero escocés. Él se había reído en ese entonces pero ahora mismo no sabía dónde estaba el instrumento, en el almacenamiento o vendido para compensar la pérdida en el negocio familiar de exportación. Ya no importaba de todas formas, en ese momento del año pasado Thorin todavía no había sido asesinado a manos de los alemanes y aún a Gimli y sus primos les quedaba un futuro.

Al final, fue la promesa del alcohol lo que lo hizo salir arrastrándose de las trincheras hacia la mezclada multitud de soldados. Podía quedarse con sus compañeros - razonó - pero no había necesidad de privarse de la poca alegría que podía conseguir antes de que los disparos comenzaran de nuevo.

Tropezando sobre el suelo helado, avanzando pesadamente sin gracia sobre montones de tierra y lodo revuelto y esquivando los cadáveres dispersos, Gimli llegó finalmente a la multitud de soldados con una gran inquietud que parecía solo un poco ridícula al igual que el sonido engañoso de la risa que flotaba tranquilamente sobre él, acompañada por el discurso entremezclado de varios idiomas. Todo esto estaba muy lejos de los gritos de las semanas anteriores, ahora que los mortales enemigos estaban unidos por un día festivo común, y las naciones en disputa que encarnaban la poca esperanza que Gimli había tenido en la humanidad después de la declaración de la Gran Guerra, estaban en paz; el sonido de las voces que se alzaban en canto, era un revoltijo de lenguajes que se mezclaban para crear su propia sinfonía y era, inexplicablemente, una de las cosas más maravillosas que había oído en su vida; por lo que se quedó de pie, a unos tres metros de distancia, para permitirse disfrutarlo.

Kili y Fili habrían sido el alma de la fiesta, si no hubieran sido desplegados hacia Dios sabe dónde.

Pasaron los minutos, siendo un borrón de tiempo en el que Gimli trató de convencer sin éxito a sus pies de que se acercaran más y su respiración estuviera entrecortada como si cualquier pequeño movimiento pudiera disipar el espejismo que tenía delante. Soldados ingleses, soldados franceses, soldados alemanes y soldados escoceses, riéndose como viejos amigos, echándose los brazos casualmente alrededor de los hombros y dándose regalos como si no se hubieran enfrentado en una pelea a muerte. Temblando y con el sonido de los disparos retumbando con un fantasmal rat-tat-tat-tat-tat en sus oídos, Gimli dio un paso casi imperceptible hacia atrás, hacia la relativa seguridad de la trinchera que había sido su hogar durante los últimos meses.

Alto al fuego (AU: Universo Alternativo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora