¿Te acuerdas del miedo?
Sí, ese miedo que llevas sintiendo toda la vida.
Un miedo que protegiste con uñas y dientes, bueno, con una coraza, simplemente para que nadie pudiese volver a entrar y dejarte un caos que no podrás ordenar.¿Te acuerdas?
Cuando decidiste quitarte tú misma la coraza, confiar y afrontar las consecuencias de ese miedo.
Te enamoraste, pero no de él.
Fue de su personalidad dulce y cariñosa,
de su voz ronca y profunda,
de sus manos llenas de heridas por tocar la guitarra,
de sus brazos llenos de raspones por que a veces se caía patinando,
de su mirada cuando sonreías
y de su risa, que oías con eco, como si fuese el recuerdo más doloroso del mundo.Te enamoraste, aún diciendo que nunca lo harías otra vez, que nunca pisarias esas arenas movedizas y evitarias a toda costa por no sufrir otra vez.
Decidiste tirarte por un acantilado, sin cuerda, sabiendo, que no ibas a salir viva.