Prólogo

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Prólogo

¿Conoces ese sentimiento el cual te dice que estás haciendo algo malo, y que tienes que parar?

Probablemente le digan "remordimiento de conciencia" pero a mi esa cosa dejó de afectarme después de un tiempo.

Cuando cometes un crimen, tu mente se encarga de reprocharte y hacerte sentir mal todo el tiempo. De alguna forma quiere salvarte de ti mismo y que des marcha atrás.

Pero eso es algo que yo ya no puedo hacer.

Cuando cometí esa desgracia, supe que definitivamente ya no iba a haber marcha atrás. Que algo dentro de mi se había roto. Que la poca humanidad que tenía se había ido junto con la vida de la persona a la que asesiné.

Me carcomía saber que lo que hice fue bastante egoísta. Que mi acto tenía graves consecuencias y estaba segura de que jamás podría perdonármelo.

Pero conforme la presión avanzaba, mi remordimiento se acababa. Y los cuerpos caían, y caían, y ya no sentía nada.

Como si mi luz interior, la cual me indicaba que aún era buena persona, se hubiera apagado. Por que yo ya no era buena persona. Eso era algo seguro.

Esa criatura infernal me cambió, y juraba que se divertía con ello.

Le divertía convertirme en otro ser como él.

En otro monstruo.

Por que eso era él.

Un monstruo.

Y ahora también lo era yo.

No nos comasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora