CAPITLO 13

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Esta bien, no lo odiaba pero si estaba molesto y expuesto. Odiaba que alguien como Taehyung infiriera lo que su vida era, y no era nada más alejado de la realidad. Pero… ¿Realmente es que estaba muy equivocado el alfa en decir lo que dijo? Por qué realmente es que Jungkook parecía muy cómodo a simple vista con su estilo de vida, Se esforzaba demasiado en aparentar que aquella vida era lo que quería, que no podía culpar al chico de cabellos negros por pensar aquello.


Suspiró profundamente ante aquellos pensamientos que no lo dejaban en paz. Era la segunda vez que se ponía así con Taehyung por haberle hecho algún comentario acerca de su vida, pero es que no podía evitarlo.


A nadie le gusta que le demuestren que su vida era vacía, Jungkook solamente era un espejismo de si mismo, vivía la vida que los demás querían que viviera.


Y ya se estaba cansando.

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Esa tarde Jungkook le mandó un mensaje a Taehyung excusándose para no ir, diciéndole que tenía algunas cosas que hacer con su madre. Cosa que el pelinegro no se creía para nada.


Tomo el auto que supuestamente era suyo, aquel que el se rehusaba a utilizar porque prefería su bicicleta. Pero probablemente era mejor usarlo para la ocasión, tomó dinero ahorrado y salió de su casa rumbo al centro comercial.


Al llegar se dio cuenta de que no tenía idea de los gustos del Omega bonito, así que entró a una tienda que por lo lejos se miraba bastante elegante y exclusiva, tenían Arreglos florales enormes y costosos, las rosas rojas y blancas llenaban la mayoría del lugar, sin embargo el dirigió la mirada hacia la orquídea que se encontraba en medio de dos grandes arreglos, era hermosa, el color púrpura brillaba, justo como los dos hermosos ojos de Jungkook. Inmediatamente Taehyung sabía que eso era lo que quería.


En todos los sentidos. 


—B…buenas tardes— Llamó a la chica que atendía el lugar, ella lo miró un tanto descolocada, casi nadie con su apariencia se paraba en la tienda. Pero aún así le sonrió.


—¿En qué puedo ayudarle? — La trabajadora le habló dirigiéndolo hacia los arreglos.


—Quiero…esa flor.— Señaló la hermosa orquídea.


—Claro que si, ¿ mensaje en especial?


—¿Mensaje?— Tae miró a la joven quien le sonrió.


—Si, puede escribir una tarjeta para el arreglo. ¿O prefiere algo que ya esté escrito?


—No, yo…yo mismo escribiré algo. —La empleada le sonrió indicándole que fuera con ella para darle una tarjeta y el pudiera escribir algún mensaje. Una vez que estuvo listo, la joven se lo anexo al arreglo, Tae también compró un conejito rosa que le gustó, pues siempre que Jungkook sonreía el lo comparaba con un hermoso conejito.



Taehyung estaba completamente perdido por el Omega bonito.



Como pudo metió todo al auto y se dirigió a la casa de Jungkook, hace muchos años cuando se enteró que el castaño le había puesto el apodo de Kim Nerd-hyung quiso reclamarle por ello, por lo que lo siguió hasta su casa para enfrentarlo, sin embargo una vez ahí no supo realmente que le diría t desistió de aquello. Jamás se imagino estar ahí de nuevo, para pedirle disculpas.



Tocó el timbre y espero a que la puerta fuera abierta, la señora Lee abrió la puerta y sonrió al ver al joven con la orquídea en una mano y el conejo rosa en la otra.



—Buenas tardes, mi nombre es Kim Taehyung, ¿Jungkook-ssi se encontrará en casa?



—Buenas tardes Taehyung-ah, no…


—Esta bien, noona, que pase. — El castaño se encontraba al pie de la escalera mirando al Alfa, lo había olido desde que bajo de su auto. Sin pensarlo demasiado bajo para encontrarlo antes de que la señora Lee lo despachara.


—Muy bien, kookie— La señora Lee dejó entrar a Taehyung y se retiró para darles privacidad.


—H-hola— El Alfa comenzó el diálogo, Jungkook le señaló la sala para que se dirigieran ahí. — Yo, te traje esto— Le extendió la flor y el conejito rosado.


—Vaya, es… muy linda — El estómago de Jungkook se sintió raro ¿Qué le pasaba?


— Algo así como…como tu— Las mejillas de ambos jóvenes se encendieron. Taehyung quería decirle tantas cosas al Omega, como que el creía que Jungkook se asemejaba a una orquídea, igual de hermosa y delicada. Simplemente perfecto, igual que la flor. Incluso Jungkook aún más.


—G-gracias— El Omega tomó la orquídea entre sus manos rozando solo un poco los dedos de Taehyung, inmediatamente su corazón comenzó a latir con más rapidez.

Alfa…


Jungkook abrió los ojos cuando escucho una voz en su cabeza, Taehyung frunció las cejas cuando El Omega se puso nervioso.


—Yo, disculpame por lo que dije, no dejo de decir tonterías. No dejo de hacerte enojar.


—No me enojé. — Jungkook se sentó en el sofá sosteniendo la flor y el conejito. — Es complicado, no tenías que comprarme nada.


—Es solo una manera de ofrecerte mis disculpas. Espero que …que te guste, no…no sabía si te gustan los conejos, pero me …me recordó a ti.


—¿Soy un conejo? — Sonrió demostrando porque es que Taehyung había pensando en el para comprar un conejito.


—Cuando sonríes pareces uno, si — El aludido soltó una pequeña carcajada, y Taehyung sintió que el suelo se abría para llevárselo y dejarlo caer en el cielo. A cambio le regaló una sonrisa cuadrada, de esas que hacían que Jungkook dejara de respirar. Y ahí estaban ambos jóvenes sonriendo como bobos.


—¿Quieres…algo de beber?— El Omega necesitaba algo para pasar el nudo de su garganta.


—Claro, gracias— El Alfa acompaño al castaño a la cocina, ya que no quieran molestar a la señora Lee, además de que el Omega no quería que vieran mucho a Taehyung, el jamás había llevado a nadie a su casa, además de Jin y jimin, claro.


Una vez con la sed saciada y el nudo desatado, volvieron a la sala.


—Vaya acabo de recordar que no sé cuál es la tarea— Taehyung se quedó a media sala con los ojos abiertos.


—Oh vaya, Kim Taehyung no entregará los deberes mañana— Jungkook utilizo un tono de lamento fingido, se llevó la mano al pecho.


—Jeon Jungkook, eres mala influencia para mí.

















































AMOR FORTUITO [K.TH+J.JK] [ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora