||El comienzo...||

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P.O.V NARRADOR

Hoy 1 de septiembre de 1991 los gemelos Malfoy se preparan para ir a hogwarts, empieza su primer año en el colegio de magia y hechicería.

-Los estoy esperando- Grita la madre de los mellizos Malfoy, Narcissa Malfoy, desde abajo de la mansión donde viven.

-Ya vamos- Grita desde su cuarto la melliza Malfoy, Maia.

-Apurate- Dice Draco a Maia.

Maia se apura y cuando ya están listos, bajan apurados con sus baúles arrastrando por las escaleras.

-Estamos listos- Dice Maia.

-Vamonos, no podemos llegar tarde- Narcissa ayuda a los mellizos a subir los baúles a el carruaje de la familia Malfoy.

Maia trajo un libro para leer en el camino hacia KingCross, Draco hizo lo mismo que su melliza, pero en un momento se durmieron los dos de camino a la estación, Maia se durmió primero que su mellizo ya que estaba muy emocionada como para anoche dormir, cuando ya llegaron sus padres los despertaron para ir a la estación de trenes. Ya adentro maldicieron un poco a unos cuantos muggles por estorbar en su camino. Una vez entrando a la estación mágica dejando la estación muggle atrás se despidieron.

-No olviden escribirnos, no quiero que pierdan la comunicación con nosotros- Dice la madre Malfoy, un poco triste ya que sus pequeños habían crecido.

-Si mamá- Dijo Maia en un tono por que los dejara ir a él tren. Narcissa los envolvió en un abrazo mientras que Lucius Malfoy los miraba desde atrás.

-¿No vas a despedirte de los pequeños?- Preguntó Narcissa a Lucius.

El rodó los ojos y después sonrió para unirse al abrazo.

-Nos están asfixiando...- Dijo Draco, mientras Narcissa ignoraba las palabras de su hijo. Ella quería aprovechar al máximo el último momento que iba a estar con sus hijos antes de que se fueran a Hogwarts. -...Mamá- Repitió Draco esperando una oportunidad para que los dejara ir.

Esta obedeció. -Esta bien, Esta bien.

Un sonido proveniente del tren sonó, dando a entender que el transporte ya casi se iba.

-Nos vemos mamá.- Los mellizos se despidieron y emprendieron una carrera hacia las puertas del tren. Poco a poco se fueron perdiendo entre la gente.

Narcissa dejó caer una lágrima de alegría por su mejilla. Ella estaba llena de sentimientos por dentro, nostalgia, alegría, orgullo, tristeza y un sin fin de emociones por imaginar a sus pequeños -No tan pequeños- entrar a ese gran tren como ella lo había hecho un día. Lucius notó que una lágrima escurría por su mejilla.

-No seas ridícula- Susurró Lucius entre dientes con una sonrisa aun puesta en su rostro por si sus hijos los veían.

-Lo lamento, pero los extrañaré mucho- Dijo Narcissa limpiando la lágrima que caía.

-Solo van a la escuela- Dijo Lucius.

-Lo sé, pero me recuerda a la primera vez que yo crucé ese tren y me senté en uno de esos vagones.- Suspiró. -Estaba llena de emoción.

-Será mejor que nos vallamos- Dijo Lucius y Narcissa asintió.

Los dos se fueron sabiendo que sus hijos ya estaban en el tren -aunque no los habían visto-. Se fueron seguros y tranquilos, Narcissa un poco triste por que no vería a los dos niños corriendo por la mansión como habitualmente lo hacían, jugando a cosas que los mellizos siempre jugaban.




















Espero que les guste esta historia y que la disfruten mucho

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Espero que les guste esta historia y que la disfruten mucho.

Este es el comienzo. Lxs amo <3

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