Capítulo III

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Conocer a un hombre y comprender lo que pasa dentro de su cabeza son dos cosas completamente diferentes. Especialmente, si han tenido algún pasado que los ha hecho convertirse en lo que son ahora. Sin embargo, eso no justifica cómo sus actos pueden alterar completamente la percepción que nos dieron al conocerlos, al adéntranos a su mundo. 

Descubrir nuestro mundo y luego entregarnos por completo a otra persona es nuestro propósito al estar aquí en la tierra. Y si todavía no descubres tu mundo, es porque todavía no estás listo para comenzar tu misión. 

Los días siguieron transcurriendo y conforme avanzaba el tiempo Connor, quién en un inicio fue una especie de compañero, se había vuelto alguien muy cercano a mí, quizá podría empezar a considerarlo como un amigo de trabajo y chance y más adelante lo pueda considerar como un amigo más. Por lo visto la confianza que había agarrado conmigo era demasiada, a tal grado de estarme molestando con Miles esto , debido a que entre él y yo se había formado un vínculo amistoso.

Me encontraba nuevamente en California, respirar estos aires me estresan un poco ya que nunca se está tranquila la ciudad, sea día o de noche, todo el tiempo hay movimiento en las calles, eso, y sumándole  la gran demanda de turistas que llegan en estas fechas.

Hace unas cuantas semanas Miles ya había llegado a L.A. por motivos laborales, manteníamos contacto y en cuanto yo llegara a Los Ángeles, nos volveríamos a ver, y así fue. Hace un par de días le había avisado que había llegado y él me respondió que tal vez dentro de pocos días nos volveríamos a ver. Estaba ansiosa por volver a clases luego de un mes y medio de vacaciones y salidas con Miles, las cosas iban funcionando bien, era un sujeto simpático y con un buen sentido del humor.

—Así que hoy te verás con tu nueva conquista —comentó burlonamente Grace, mi amiga que hice desde que llegué a Nueva York.

—No es mi conquista —exclamé, mientras abría la puerta del aula de clases—. Ya te dije que solo somos amigos.

—¿Sabes cuántas relaciones inician así? —volvió a insistir. Me limité a verla a los ojos con una cara de fastidio.

—Está bien... yo solo digo —alzó los hombros—. Solo no quiero que te claves con una persona que no es digna de ti, ¿ok?

—Sí, Grace, tranquila... —respondí con una sonrisa. Ella me conoce muy bien, sabe que no suelo ser muy afectiva con las personas y cuando lo soy, pareciera que tienen una especie de fetiche al hacerme daño o algo por el estilo.

—Eso siempre me dices y luego terminas por las calles de la amargura y todo por quién... —se quedó callada por unos segundos, para después responderse así misma—. Exacto, por un hombre.

—No te prometo que esta vez sea diferente... —me quedé callada unos segundos—. Pero creo que lo será. Además, todavía estamos en proceso de conocernos, no quiero precipitar las cosas.

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⏰ Última actualización: Feb 16 ⏰

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