Capítulo 2

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Lina

Me encontraba esperando a mamá en la entrada de la Ópera. Estaba ansiosa, asimilando el calor que mi abrigo me entregaba, contrarrestando al frío que entraba, a pesar de estar dentro de las paredes del teatro.

Miraba todo de arriba a abajo, una y otra vez, sabiéndome de memoria ya cómo era esta casa de las artes. Comencé a caminar de un lado a otro, tanteando el movimiento y estado de mis piernas.

No tardé en escuchar unos pasos acelerados venir hacia mí. Me volteé en la dirección de la que creía se acercaban y pude notar cómo mi madre llegaba hasta mi lado, respirando con rapidez.

Emití una sonrisa que mostraba entusiasmo.

- Perdón por tardarme, Lina. Estaba terminando de darle las instrucciones a la otra maestra y me atrasé con ello.- su rostro estaba algo enrojecido por la actividad, mas igual me sonrió.

- No te preocupes, mamá, yo entiendo por completo.- estiré mi brazo para tomarle su bolso y ayudarla, pero me lo negó.

- ¿Te has sentido bien?- preguntó, recomponiéndose.

- Sí, sí, hoy amanecí excelente. Creo que, mi nueva amistad y yo amanecimos sincronizados.- respondí, haciendo alusión a mi bebé.

- Me alegra mucho saber eso, porque hoy tenemos mucho que hacer.- mamá me indicó con su mano que empezara a caminar y, por supuesto, acaté sin esfuerzo su orden, ilusionada por lo que vendría a continuación.- Será una larga mañana, ya que tendrás que ver las distintas opciones que hayan y encontrar la que más te gusta. ¿Estás lista?

Asentí con ánimo.

- ¡Claro que sí!- di un pequeño saltito, mientras andábamos.- Ya me he imaginado cómo podría ser, cómo me vería yo en él. Estoy tan encantada, mamá, en serio.

Otra vez, me entregó una sonrisa preciosísima. Estaba feliz por mí y yo, estaba contenta de que ambas pudiéramos serlo.

- Ya quiero verte con ellos puestos, hija.- me decía, emocionada por la situación.- Así que, vamos nomás, tenemos que apresurarnos y lograr que nadie se nos vaya a adelantar.

- Si estamos solas, más tiempo y más comodidad.- movió su cabeza de arriba a abajo, asegurando mis dichos y es que, en algunas ocasiones me resultaba algo vergonzoso el estar mirándome en el espejo, probándome la ropa, con alguien que observara cómo me veía o cómo se lo mostraba a mi acompañante.

Por lo tanto, salimos del teatro, dirigiendo nuestros pasos con tanto ahínco e ilusión que todas las conversaciones que íbamos entablando durante el camino, vinieron y se fueron tan rápido como se hicieron presentes.

Como el trayecto estaba repleto de locales que ofrecían cosas agradables de mirar, no tardé en fijarme en los apetecibles dulces que mi boca ansiaba saborear y es que, se me urgían demasiado. Sin embargo, mi compañera me impidió que pasase de inmediato, prometiéndome que después podríamos llevarlos. En sí, mi cabeza rogaba y rogaba por ellos.

Entonces, en cuanto avistamos la tienda que era nuestro verdadero destino, los latidos de mi corazón se incrementaron y crecieron y crecieron exponencialmente. Mis piernas ya se movían por sí solas, avanzaban sin tener que darles órdenes o corregir la dirección; estaban decididas a llegar pronto y sin inconvenientes.

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2022 ⏰

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El Rastro de Nuestro Amor en la Eternidad [Fanfic de "El Fantasma de la Ópera"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora