𝐉𝐇: "Hace unos días un chico bastante extraño compró cintas, quiero decir, un montón de cinta y alcohol, también unos cuántos trapos... Se veía cansado, temblaba; Cuando me pagó, todo el cambio cayó al mostrador y susurró un: "Lo siento" que por p...
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La brisa entraba en el lugar tan fuerte que los productos golpeaban los estantes de vez en cuando, el sol era tenue y unas nubes grises se extendían por todo el cielo tapando cualquier anaranjado tono.
Jeongin se concentraba jugando en su teléfono un juego "ñoño" de unos gatitos que su hermana menor Tzuyu le había mostrado.
"Vamos innie, juega. Es divertidisimo, relajante y muuuy lindo"
"Cierra la boca, no jugaré esa cosa tan ñoña, yuyu. Sal de mi cuarto"
Pero ahí se encontraba él, concentradisimo en acariciar a su gatita "nami" sin que esta se molestara y le restara un corazoncito.
Dio un salto cuando la campana de la entrada sonó y presionó la pantalla justo en la pancita de la gatita anaranjada, se escuchó un maullido no muy amigable y perdió sus oportunidades.
— Maldición, no se puede acariciar a esta gata — se quejó en un murmullo, dejando de lado el aparato y echando un vistazo a la persona que entró.
Era un chico de cabellos negros, alto y que buscaba cinta como si lo estuvieran apresurando. Tomaba y tomaba, poniéndolos en la canasta de metal con brusquedad y luego se dirigió a la pequeña zona de farmacia, tomando dos botes grandes de alcohol etílico y unos trapos tipo gasas.
Caminó al mostrador a paso rápido, dejó la canasta y metió sus manos en los bolsillos de su sudadera para sacar unos billetes mientras Jeongin pasaba los productos en el scanner.
— Diecinueve mil ochenta y ocho wones, por favor — dijo Jeongin, intentando verle la cara al sujeto que contaba tembloroso el dinero.
Extendió los billetes y, debido a sus danzantes manos, dejó caer el cambio al mostrador.
"Hombre... ¿Qué le pasa a este tipo?"
— Lo siento — se disculpó por el cambio que se cayó, mirando a Jeongin por fin —¿M-me cobras un kitkat? —
Jeongin asintió mordiendo su labio disimuladamente.
"Qué lindo" pensó, dándole el cambio al chico y entregando los productos en una bolsa.
— G-gracias.
— Que tengas buen día.
El chico salió casi disparado de la tienda, dejando a Jeongin curioso, quien se inclinó hacia el mostrador buscando la manera de ver hacia dónde se dirigía.
"Gran auto"
Este dió marcha y salió del vecindario, el chico manejando y comiendo el chocolate con ansiedad.
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:p
hola, vengo con otro intento de historia.
no les prometo nada soft.
las actus serán rápidas, ya que este fic está finalizado en mis borradores.
