‡prologo‡

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Narrador omnisciente

Hace muchos años en la tierra de Laidatan, todos vivían en una armonía que era envidiable, todos convivían entre ellos como si todos fueran hermanos de una sola raza hasta que un día un poderoso mago llegó, el empezó a de ir las diferencias de cada uno y todos estaban impresionados por ser diferentes, lo que nadie sabía es que ese mago no era más que un ángel caído que buscaba corromper el corazón de todos. Todos siguieron notando las diferencias de cada uno hasta que el ángel llegó demasiado lejos e introdujo la maldad en cada uno de sus corazones, el ángel estaba satisfecho con lo que había logrado pero no tenía previsto que un hombre fornido lo tomaría por la espalda,lo ataría y lo violaría a su gusto hasta saciarse.
El ángel humillado y maltratado aún con la poca fuerza que le quedaba maldijo a todos diferenciando los y separándolos a su gusto, cuando dio por terminada la maldición el ángel murió dejando a todos con un horrible malestar.

Desde entonces las criaturas que habitaban el lugar se fueron transformando hasta que ya no había rastro de lo que alguna vez fueron, todos se dividieron en diferentes especies.

Todos vivían en una guerrera constante por ver quién podría quedarse con todo, todo esto era visto por los dioses que veían todo esté escándalo encarcelado al ángel y mandando a los seres elementales a detener ésto, ellos demostraron su magnífico poder deteniendo a las demás criaturas.

Ellos les explicaron que a pesar de ser todos diferentes tenía sus virtudes y cada uno era especial a pesar de las diferencias, fue un gran paso para todos y volvieron a convivir como antes lo hacían olvidando las travesuras de un ángel.

Todo volvió a ser paz y todos disfrutaban de esas cosas hasta que un día las cosas volvieron a complicarse, está vez fue la aparición de algo extraño en el cielo, todos estaba asustados hasta que esas cosas empezaron a atacar sin mucho esfuerzo mataron a más de mil habitantes de los tres mil que apenas había, poco a poco las razas fueron extinguiéndose y otras se escondieron haciendo creer que se habían extinguido, los cuatrocientos que quedaban de diferentes especies se unieron para luchar contra el enemigo y entonces la diosa de la luna junto con el dios del sol decidieron ayudarlos creando a sus hijos los guerreros del sol o guardianes del sol junto a sus contrapartes los guerreros de la noche o guardianes de la luna, con los nuevos seres derrotaron al enemigo quedando cuatrocientos en total, todos estaban agradecidos con el dios del sol y la diosa de la luna.

Pero por más que los opuestos tratarán de llevarse bien no lo lograban así que empezaron a hacerse una lucha para ver quién era más fuerte, claro que los dioses los controlaron antes de que todo se saliera de control hechizando los por la eternidad.

Aquel que odie a uno de su contra parte será castigado dándole pareja con uno de ellos, y aquel que no acepte a su pareja será maldecido y sentenciado a estar solo por la eternidad.

Desde entonces los seres de luz trataban de poder llevarse bien con los seres de la oscuridad de la noche, los guardianes de la luna decidieron hablar con las demás razas y los convencieron de que nadie fuera de su especie se emparejara con uno distinto, si se tenían que emparejar tenía que ser de la misma casta y especie, los guerreros del sol protestaron pero los guardianes de la luna dijeron sus razones, ellos solo querían preservar las especies y cuando hubieran más que suficientes ellos podrían escoger a sus respectivas parejas, nadie estaba de acuerdo pero tenía que hacerlo si querían preservar las especies, se dividieron en grupos y escogieron diferentes habitad's para poder procrear y reproducirse.

Pasaron muchos años hasta que por fin pudieron tener una variedad de especies y con las especies renovadas ahora podían emparejarse con quién quisieran pero se les hacía difícil ya que habían pasado milenios para que todo volviera a la normalidad, pero no todos estaban descuerdo con que se reproducirán en la misma especie, los elfos decidieron emparejarse unos con los guardianes de la luna y otros con los guerreros del sol; de ellos nacieron los elfos albinos y los elfos del fuego, los elfos albinos tenían una piel tan blanca que parecía de mármol junto a sus cabellos plateados y blancos, sus ojos en ocasiones azules y en otras rojos a causa de la falta de pigmentación.
Los elfos del fuego tenían sus ojos azules y en otras de un azul casi violeta que los hacía únicos y sus cabellos tan rojos que parecían irreales.

Susurros Del Corazón A Través De Un EspejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora